Saltó a la palestra nacional de una manera impensable: en los días de fin de año del 2008, un voraz incendio consumió varias casas en El Alto de Guadalupe. Decenas de vecinos amanecieron con solo lo que tenían puesto. Entonces, una entrevista televisada le dio un vuelco al asunto y nos dio una gran lección a todos: fue la primera vez que Maybelline Temple aparecía en televisión nacional, era una de las damnificadas y su mensaje fue el que menos esperábamos: lejos de quejarse, agradeció porque ella, los suyos y sus vecinos estuvieran “enteros”, dio una cátedra de valentía y simpleza al minimizar las pérdidas materiales y ponderar que “todo eso pasa y de alguna forma se repone”.
El testimonio de Temple caló hondo y en cosa de meses se convirtió en una celebridad criolla. Fue invitada especial en programas radiofónicos y televisivos y hasta la fichó canal 7 en Buen Día para una revista femenina que tuvo ese espacio durante algún tiempo. Temple fue portada de la Teleguía en la edición del 6 de marzo del 2011. Estando en la cresta de la ola, ella misma infirió que aquel despunte mediático tarde o temprano iba descender y tenía razón, pues figuras mucho más prominentes que ella eventualmente salen de la retina pública y no sería Maybelline quien rompiera esa regla universal.
Sin embargo, aunque la masa dejó de verla “en tele”, la segunda parte de su vida después del incendio ya estaba trazada. A la postre, la contingencia (tragedia no, ella siempre se negó a llamar tragedia a cualquier pérdida material) hizo que miles de costarricenses acopiaran la parte de su filosofía, la de siempre ver el medio vaso lleno, y hoy Maybelline sigue activa como motivadora en actividades de su iglesia y otro tipo de eventos privados.
La cosa es que hará un par de semanas la vimos, como siempre muy activa, inaugurando un local llamado Akira Sushi, en Coronado. Luego supimos que Temple no es la propietaria, pero es amiga e impulsadora de los dueños y no solo los alentó a montar el negocio, si no que el día de la apertura ella se encargó de arengar a los clientes, ahí en media calle, y muy a tono con su vehemencia y alegría, logró su cometido y el evento fue un éxito. Por ahí nos dimos la vueltita y corroboramos que Temple sigue tan activa como siempre, felizmente casada y siempre vigilante de su prole, ha encontrado una senda más tranquila fuera del ojo público. Ha tenido varias oportunidades de figurar y ha declinado (como cuando le ofrecieron, el año anterior, formar parte de Dancing with the Stars ). Por ahora, está enfocada en ser consecuente con la filosofía de vida de prodigar su optimismo y sus consejos a quienes así lo requieren. Bien por ella, que no se dejó cegar por sus (mucho más de) cinco minutos de fama y se encarriló fuera de los reflectores y del eterno qué dirán.
Hablando de reinvenciones, nos parece súper acertada la iniciativa de la chef Viviana Muñoz de Echandi, quien ahora ofrece un servicio de “minirecetas” o recetas rápidas en su página de Facebook. En estas épocas en que el tiempo es oro y en especialmente para estos Topillos, que somos bastante inútiles en la cocina, esos tutoriales con instrucciones ágiles para principiantes (aunque hay de todo, también recetas para avanzados) tienen un valor incalculable, en especial porque están disponibles permanentemente.
Tutoriales de recetas los han por centenares en YouTube y redes sociales. El plus de la iniciativa de Viviana obviamente es que los ingredientes y el modus operandi a la hora de preparar las recetas, están en lenguaje de Tiquicia (así se trate de recetas internacionales) y esto nos evita estar haciendo búsquedas extras en Google para lograr entender.
La receta que Viviana no nos ha querido pasar, es la que la tiene tan bonita (nada nuevo sobre el horizonte, pues ella siempre ha sido hermosa), pero en pos de la salud hemos visto que se ha bajado un montón de kilos, pero solo sabemos el milagro y no el santo.
Hablando de peso y salud, hace una semana destacamos lo bueno de que Victoria Fuentes, locutora de Bésame, se haya mantenido esbelta y saludable tras su participación en Dancing with the Stars , el año pasado.
Pues bien, este año tenemos una preocupación a la inversa, porque las chiquillas que están participando hoy en el concurso ya eran esbeltiticas y hace 15 días que asistimos, vimos a una Glenda Peraza, por ejemplo, casi en el hueso. Pero todo pasa por algo y ahora que termine la bailadera, nos quedamos tranquilos y esperamos que muy pronto Glendita recupere sus curvas de impacto, ahora cinceladas por la disciplina con la que ha asumido el ejercicio desde hace ya más de un año.
Hablando de Dancing with the Stars , en criterio de opinólogos (eso es lo que somos, pues los expertos son los jueces del panel), tenemos algunas diferencias de criterio que ya habíamos externado antes. ¿Se les juzga a todos con la misma paleta? Nos parece que no. A los más buenos se les juzga durísimo, y a los más flojitos les aplican curva como en aula diferenciada, pero al final las calificaciones entre unos y otros son medidas con la misma vara, entonces se sienten incongruencia.
Eso sí, difícilmente esto afecte el resultado final, pues ya cada quien tiene sus favoritos y nosotros pensamos que al chef Daniel Vargas esto ya nadie se lo quita, aunque hay que estar pilas con Bismarck Méndez y con la misma Jalé Berahimi, quien ha tenido un crecimiento impresionante desde el día en que arrancó la competencia.
Sin embargo, un caso extraño es el de Karina Ramos. El 6 de noviembre nosotros estuvimos en el programa y lo que vimos de Karina nos fascinó. Una fuerza impresionante, la belleza ni qué decir –Karina es infinitamente más linda en persona que en tele–, a nuestro juicio bailó espectacular y desplegó energía por todo el escenario. Pero a la hora del juzgamiento aquello fueron solo mates y le dieron una calificación bastante baja para el espectáculo tan vibrante y acompasado que ofrecieron ella y su bailarín Javier Acuña.
Curiosamente, Karina casi siempre va a dar al reto (como ocurrió el domingo pasado). Lo más curioso es que tanto a ella como a Jalé y a Gabriela Traña (entre lo que recordamos), ese 6 de noviembre se les hicieron observaciones puntuales (de expertos, insistimos, nosotros estamos opinando como humildes civiles), siendo que nosotros vimos a Traña ejecutar un tango perfecto. En cambio, cuando salieron Daniel y Bismarck, aquello fue un dechado de piropos. Lo de Daniel es de otro mundo, en eso estamos de acuerdo, y Bismarck también estuvo increíble, pero a ellas se les ha criticado la expresión facial, en cambio a Bismarck (quien ese día gesticuló bastante durante su ardiente coreografía) no se le criticó ni un ápice y el hombrón de piel de ébano y ojos color miel, casi fue pasado en andas directo al cielo en las paletas de Flor Urbina (que se derrite con las maromas de estos dos muchachones y en eso la acuerpamos 100%) y David Martínez.
Pero bueno, como hemos dicho, en este show todo es ganar-ganar y ya que estamos haciendo este balance, para nosotros una de las grandes ganadoras es Gabriela Traña, un lujo de atleta nacional quien ha dado pasos agigantados devorando kilómetros al mismo tiempo que ha tenido una increíble metamorfosis en los últimos años: nos impresiona cómo pasó de andar siempre en ropa deportiva y sin arreglarse mucho, a convertirse en una mujer hermosísima, cuidada por todos los costados y quien, a sus 36 años, aparenta si acaso 29 o 30. Dichosote el que caiga en esas redes (si no es que ya hay un caído). Es que Gaby es muy callada y de su vida personal no sabemos nada, pero ya lo haremos y les contaremos cómo está esa jugada.