En un célebre concierto en el Festival de Jazz de Montreux de 1976, dichosamente preservado en video, Nina Simone pasa, en pocos minutos, de cándida alegría a gritarle a una mujer en la audiencia para que se siente. De inmediato, se vuelve al piano para retomar Stars , con una voz tersa que envuelve la letra hasta hacerla sonar como si proviniera de otro mundo, en el que solamente ella habitaba.
Escuchar a Nina Simone es una experiencia que embarga todo el cuerpo. La gran sacerdotisa del soul vivió como quiso; es decir, como un bólido. Estuvo en las primeras filas de la lucha por los derechos civiles en los años 60, pero nunca pudo enfrentarse a su mayor barrera: ella misma. Lidió por años con su inestable carácter y trágica furia. A su lado, sufrieron; en escena, era un desastre natural de incomparable sonoridad.
Simone, fallecida en el 2003 por cáncer, refulge en un nuevo documental que, a través de videos de sus conciertos, imágenes inéditas y cándidas entrevistas con su hija y segundo esposo, traza el auge y la caída de una de las diosas de la música estadounidense. What Happened, Miss Simone? se vio en los festivales de Cannes y Sundance el año pasado, y ahora podrá apreciarse en Netflix.
Hondo. “Mi madre era Nina Simone 24/7, y ahí fue cuando se convirtió en un problema”, acepta su hija, Lisa Simone Kelly, en el documental. Dirigido por Liz Garbus (quien ya ha explorado a Marilyn Monroe y a Bobby Fischer), el documental cuenta con la aprobación y participación de su familia, por lo que cuenta con algunos ángulos inéditos a la vida de la artista.
Simone nació como Eunice Kathleen Waymon en Carolina del Norte, en plena era de la segregación. En los años 50, empezó a hacerse de renombre en clubes. En la siguiente década, brilló en Nueva York y el resto del mundo. Entonces, estimó que su trabajo como artista era inseparable de la lucha por la igualdad. Así, se entronizó como una de las principales figuras negras, y grabó abundantes canciones que fueron armas para la batalla.
Pero Simone sufría. El dolor era profundo. Padecía desorden bipolar, pero no lo sabría hasta los años 80. Una vez, la encontraron desnuda en un pasillo de hotel, blandiendo un cuchillo. En cierto modo, esa imagen recuerda a sus grabaciones: retratos del interior de su alma, frágiles y peligrosos.
Editor web en La Nación. MA en Programación y Curaduría de Cine (Birkbeck, Universidad de Londres). Más de 12 años de experiencia en periodismo de cultura y arte. Bachiller en Periodismo y Producción Audiovisual de la Universidad de Costa Rica. Curador audiovisual con experiencia en el CRFIC, el MADC, espacios independientes y eventos.
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