En 1939, la inteligencia británica convirtió una majestuosa casa de las afueras de Londres en un campo de prisioneros de guerra para los oficiales alemanes capturados.
Colocaron micrófonos en todas las habitaciones para poder escuchar todas las conversaciones entre los prisioneros y poder grabar la información más confidencial expresada sin tapujos por los confiados oficiales.
Ahora, sesenta años después, los pensamientos espeluznantes de la elite nazi sin censura alguna se volverán a escuchar, gracias a los documentales Confesiones de los nazis , que transmitirá NatGeo, en estreno, esta semana.
Según informó la cadena, se harán reconstrucciones intensas de diálogos completos a partir de las transcripciones textuales de estas conversaciones para revelar, como nunca, el tenebroso espíritu del régimen nazi.
Al final de la guerra, muchos soldados alemanes aseguraban que ellos no tenían nada qué ver con las atrocidades cometidas por Hitler y sus secuaces incondicionales.
Pero estas grabaciones demuestran de manera inquietante, y a veces terriblemente gráfica, la realidad de que no solo fueron los SS y los miembros de la Gestapo los que prodigaron horror a diestra y siniestra contra los judíos.
Entre lo que develará este documental, están las burlas y comentarios hasta obscenos hechos por soldados rasos, marineros y aviadores, quienes hacen chistes sobre las mujeres violadas, los niños muertos y, en general, el exterminio de judíos.
Para confeccionar el documental se utilizaron transcripciones de las grabaciones de 13 mil reclusos durante cuatro años, una colección sombríamente perturbadora.