Cuando la gran carpa de Corteo está repleta, con 2.700 espectadores, Stéphane Beauregard dice que se siente la energía tras bastidores. Mientras calienta para impresionar con algunas de las acrobacias más exigentes del show del Circo del Sol, el sonido de la expectativa lo prepara para saltar por los aires.
El acróbata canadiense es uno de los intérpretes del espectáculo que la compañía presenta en Hacienda Espinal desde la semana pasada.
En las funciones en el país, ha recibido calurosos aplausos, junto con sus compañeros, por sus saltos sobre tablones y sus giros imparables en la cyr wheel , una gran rueda conducida con el cuerpo y las manos.
“Para mí, esta inmensa estructura es sorprendente. Todos los que trabajan aquí lo hace especial, un sueño”, asegura. Conversamos con Beauregard mientras coordinaba uno de los múltiples entrenamientos diarios que afinan los números del espectáculo. Formado en la Escuela Nacional de Circo de Montreal, acompaña a Corteo desde el comienzo, hace diez años.
Adrenalina. Cuando Beauregard sube a la tabla, con un compañero al otro lado, el público aguanta la respiración. Con movimiento de subibaja, los acróbatas empiezan a ganar altura con cada salto, hasta que, en riesgosos brincos, giran en el aire y caen con la gracia que otorga la experiencia.
Algunas caídas parecen pequeños errores y asustan al espectador, pero son parte del acto. “Diría que cada salto es un error, porque no controlas completamente lo que haces en el aire. Sabes lo que quieres, pero cada vez que estás por volar, debes rectificar tu vuelo, porque tu compañero no te empujó tanto o tan poco como esperabas. Constantemente debes readaptarte en el aire, lo cual es divertido”, dice.
Es difícil actuar en un escenario de 360°, y ciertamente la presión del público se siente, pero a Beauregard este ambiente es lo que lo inspira a seguir en el espectáculo. “El reto nunca disminuye. Te sientes más cansado, te sientes diferente un día, quieres mejorar tu nivel acrobático, quieres aumentar tus saltos... nunca subes al escenario aburrido, pues siempre hay un desafío”, dice.
Su otro acto, los giros en la cyr wheel , exige concentración y memoria de los movimientos. “La flexibilidad es una ventaja. La manera en la que te mueves en la vida se reflejará en cómo te mueves en la rueda”, considera.
Con las dos manos sobre el aro y los pies como palancas, puede girar boca abajo, saltar con un pie y rodar alrededor del escenario. En el show , se integra la acrobacia con escenas del tránsito de Mauro, el payaso protagonista, a través del sueño de su propia muerte.
El primer día que se presentó Corteo en el país, en el público abundaban futuros profesionales del teatro . Muchos sueñan con llegar al nivel del Circo del Sol. “Cualquiera que sea tu sueño, si amas hacerlo, encontrarás tu lugar”, afirma Beauregard.