Revista Dominical

Amando Céspedes: El abuelito de América

En 1971 lo nominaron para el premio Nóbel de la Paz y lo llamaron “el segundo Marconi”, pero cuando se menciona su nombre no muchos saben quién es y, al parecer, sin él nuestro país sería un lugar muy primitivo; muy silencioso.

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Era 1893, yo tenía doce años y asistía al Liceo de Costa Rica. Un día le pusieron al profesor Ezequías Marín una culebra muerta adentro de la gaveta de su escritorio y se asustó tanto que tiró la cabeza para atrás y sangró. Yo le dije: “pero qué susto tan grande si solo es una culebra muerta”.








Priscilla Gómez

Priscilla Gómez

Periodista de la Revista Dominical de La Nación. Estudiante de Periodismo en la Universidad San Judas Tadeo. Se unió a Grupo Nación en el 2015.

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