El pasado miércoles, un nuevo video de David Bowie –para la canción The Next Day – asaltó la web a base de mucha sangre y de importantes simbolismos religiosos que juntos caracterizan una clara tergiversación de conceptos como lo correcto, lo sagrado y lo mundano.
Sacerdotes, prostitutas, cardenales, dinero y un embriagador ambiente transgresor son los protagonistas –junto a Bowie, con un papel estéticamente similar a Cristo– de una producción de tres minutos que generó roncha desde el primer minuto de su publicación en línea.
Con actuaciones de Marion Cotillard (de películas como Taxi y La Vie en Rose ) y Gary Oldman (que ha aparecido en títulos como Harry Potter y Batman ), el video parte de un guion del músico británico y fue dirigido por Floria Sigismondi, quien ha hecho algunos de los videos más impactantes de las últimas décadas, trabajando con artistas como Sigur Rós y The Cure.
Los primeros indicios de una polémica –aparte del video mismo– sucedieron el mismo día de su llegada al canal oficial del artista en YouTube, cuando esa página de contenido multimedia lo retiró de la web, amparándose en el hecho de que no respetaba sus términos de uso, al mostrar imágenes sexuales.
Horas después, YouTube volvió a colocar The Next Day en línea, pero esta vez advirtiendo a los usuarios que se trataba de contenido exclusivo para mayores de edad.
Al día siguiente, circularon también por la Internet las declaraciones del presidente de la Liga Católica, en EE. UU., quien señaló que el último video de Bowie es “un desastre” y lamentó que el artista –al que se refirió como “un ambidiestro, bisexual y jubilado de Londres”– haya regresado a la música.
“Bowie está confundido acerca de la religión”, se dice en el texto de la Liga. “En una ocasión hizo una confesión pública: ‘Yo era joven, sin compromisos, y el budismo tibetano me atrajo en ese momento. Pensé: Hay salvación. Pero, en realidad no funcionó. Entonces me fui por Nietzsche, el satanismo, el cristianismo... la cerámica, y terminé cantando. Ha sido un largo camino’. “Lástima que la cerámica no funcionó”, concluyó la crítica.