A lo largo de sus casi diez años de carrera, la alineación de Sonámbulo ha atravesado por diversos cambios, y el proyecto ha sabido adaptarse y seguir adelante.
Dos de los cambios más recientes fueron los de David Cuenca, miembro fundador y cantante de la banda costarricense, y Manuel Dávila, tecladista y productor de Psicosonorama, el nuevo disco.
Dávila tomó la decisión de dejar el grupo para perseguir una carrera como productor, mientras que Cuenca sufrió una enfermedad de cuya operación todavía se está recuperando.
No obstante, el cantante tiene una gran participación en Psicosonorama y sigue estrechamente ligado a Sonámbulo, siendo –como siempre– un faro ideológico del concepto de la agrupación.
Al respecto, algunos integrantes de la banda conversaron con Viva sobre ese punto decisivo en el que continuaron sin Cuenca.
¿Se plantean a Sonámbulo como una idea y no como un conjunto de personalidades, capaz de salir adelante y adaptarse a todo tipo de cambios?
David Cuenca, hermano de Daniel (guitarrista y cantante actual): "La banda, más que un grupo de personas, es como una idea. Siempre hemos tratado eso. Antes decíamos que lo psicotropical era más que música: un movimiento. Hay gente que viene y va, y todo mundo aporta. Manuel ya no está tocando con nosotros pero estoy seguro de que va a seguir aportando al ride psicotropical".
Mario Vega (trompetista): "¡El que entra no sale!" (ríe).
Esteban "Beta" Pardo (saxofonista): "Sí, en realidad todos van sumando, no restando. Que se vaya alguien no quita".
¿Cuál es el estado de Daniel?
David: "Está ahí, en recuperación todavía. Es un proceso muy lento y de tener mucha paciencia. Durante la mezcla del disco le pasamos las mezclas y él mandaba sus opiniones, igual que todos en el grupo. Aunque Daniel no está con nosotros en el escenario, es parte de (Sonámbulo)".
Beta: "Es parte del equipo de trabajo. Es parte de todas las decisiones: qué rumbo tomar, qué hacer, qué no hacer; la mayoría".
Tito Fuentes (bajista): "Su mentalidad igual es la misma que siempre ha aportado al grupo".
Beta: "La gente espera que vuelva. Uno mismo lo espera, pero hay que entender que él está en un proceso muy fuerte. Está descubriendo de él y yo siento que cuando uno está en un proceso así poco le importan otras cosas; lo inmediato es uno mismo, y hay que darle ese aire al hombre".
Tito: "Él cantó el disco, estuvo presente en la grabación, y yo sé que en grabaciones futuras puede seguir presente a nivel de composición y en todo sentido".
¿Qué se vivió en el grupo cuando decidieron seguir adelante sin Daniel?
Mario: "Esas varas no son nada fáciles. Creo que pesó mucho lo que él nos dijo, porque él fue uno de los que más empujó para que la banda continuara mientras él llevaba el proceso. Lo más complicado –y que es una bendición que tiene la banda– fue que alguien pudo asumir el papel de él, en este caso David. Tampoco era como el trompetista, que se puede cambiar, sino que es otra vara: no solo que pueda llegar al timbre, sino la forma de pensar, y David lo asumió y fue muy importante. De hecho, tuvimos que hacer una pausa como de tres o cuatro meses. Fue muy raro".
Beta: "No se sabía nada. De repente salió; no fue que nos sentamos, nos reunimos y decidimos que David lo iba a hacer, fue como que a él cayó y cayeron chivos y decidimos hacerlo, y pasó. Es como seguir en la ola. La energía seguía y había que encontrar la forma de mantenerla. Era importante por el mismo Daniel".
David: "Él fue el que dijo que teníamos que seguir, porque su situación iba a tomar más tiempo de lo que creían".
Tito: "Yo una vez tuve esta conversación con Iván Rodríguez, de Malpaís, justamente por la misma vara de seguir sin el cantante, y esa fue la conclusión: el grupo tiene que sentirlo, y si sale, sale. Eso fue lo que pasó, pero igualmente tuvimos que hacer una pausa para digerir la vara".
Mario: "De hecho, yo creo que se sigue digiriendo todavía. No es como que ya está, superado. El grupo sigue asumiendo retos y es una ausencia muy pesada; él es ese personaje, Daniel, ese caballero adelante de todo".
Tito: "Fue enriquecedor también. Fue como darle diferentes coloraciones al grupo, y fue rico probarlo. Ya después de eso uno no sabe qué sigue".
Mario: "Yo entré al grupo luego de que varios de ellos lo formaran, y esta situación es una muestra de que lo que ellos crearon va más allá de una sola persona".