“Me he dado cuenta de que cuando estoy en el escenario, ya no siento ganas de tocar muchas de mis canciones. No se sienten como yo. Quiero hacer canciones que sean eternas”. Esa frase, difundida por MTV en marzo del 2015 , inyectó gran peso y expectativa en el futuro musical de Rihanna, otrora fábrica de éxitos.
En Anti , su esperado octavo álbum, Rihanna rompe todo protocolo. En Anti no existen moldes. Cualquier patrón de su década de carrera en el entretenimiento musical no se deja ver ni en atisbos en la Rihanna contrariada –quizá auto-subversiva– de Anti .
“He hecho muchas canciones que son, realmente, canciones inmensas. Desde que saltan, te hacen volar. Y yo quería regresar a... No es que no fueran música real, pero quería enfocarme más en lo real, lo conmovedor, lo que se sintiera eterno”, agregó Rihanna en aquella entrevista de MTV .
“Ahora, solo quiero canciones que pueda seguir cantando dentro de 15 años; quería un disco que siguiera vigente en 15 años. No quería canciones que estuvieran quemadas”, concluyó. Con Anti disponible desde la semana pasada en medios digitales, esas declaraciones toman sentido.
Cruda. Bueno o malo, Anti se distancia totalmente del sonido que conocíamos de Rihanna. La última vez que le escuchamos un disco fue Unapologetic (2012), el cual contenía sencillos arrolladores como Diamonds y Stay , capaces de colocar al álbum en el primer lugar de ventas en Estados Unidos, según Billboard.
Incluso los sencillos que popularizó en el 2015 (como Bitch Better Have My Money y FourFive Seconds , junto a Paul McCartney y Kanye West) distan de compartir similitudes con las canciones de Anti, que también se alejan del EDM y el sonido dance para apostarle a un soul y al R&B crudos.
No hay muchos ganchos en las 13 canciones que conforman Anti , y –como señala la crítica de The Telegraph – es un muestrario de la música que le gusta a Rihanna: “poco convencional, drogada y extraña”. El texto sugiere que el disco no ambiciona el éxito comercial, sino que es un “ejercicio para cambiar la imagen de la chica de los éxitos a la artista seria”.
Apunta y secunda también la revista digital Stereogum en su reseña que este es un que carece de himnos. “No es seguro que estas canciones vayan a ser hits ; a la primera escuchada, ninguna es el tipo de canción que inmediatamente conquista el cerebro”.
Rihanna lo advierte en Consideration , el primer tema del disco, en el que canta: “Tengo que hacer las cosas a mi manera, querido”. En adelante, queda la sensación de que la cantante arrebató el control creativo del álbum e hizo con Anti lo que quiso.
Para New York Times , no obstante, depende de la canción . “Dependiendo del momento, Rihanna es una vocalista ecléctica o indiferente, una sabia emocional o una ingenua, una cantante que sabe para qué es mejor su voz y que suena como que simplemente está siguiendo instrucciones”.
Cruce. Podría decirse que Anti consiste de dos partes, divididas por la canción Same Ol’ Mistakes , cover inesperado de la banda de indie rock Tame Impala. El cover ha sido señalado por varios críticos como uno de los puntos bajos del disco, pero a la vez marca una diferencia entre los temas que lo preceden y le siguen.
Antes de ese tema, las primeras ocho canciones son heterogéneas y nadan entre el soul , el dancehall , el R&B y el pop alternativo noventero, con letras que revelan la libertad que goza Rihanna y su desenfado en el campo de las relaciones amorosas, situación que expresa sin remordimientos.
Tras el cover , viene una colección de baladas triple A. En Never Ending , la diva se reconcilia con la idea de volver a enamorarse, y con ello barre parte del cinismo sentimental que se evidenció en la primera mitad del álbum. Las otras tres baladas con las que Anti concluye también son muestra de algunos de los mejores momentos vocales de su carrera.
Work , el primer sencillo del álbum, es un reggae pop con la colaboración del rapero Drake, y es una de las canciones más caribeñas de su discografía. La rapera SZA colabora en Consideration.
La producción de Anti acumula unos tres años desde que Rihanna primero se refirió al proyecto, aunque reportes de borrones y cuentas nuevas fueron comunes en este lapso. En medio de la producción, ella cambió de productores y métodos de distribución, en aras de tener mayor control en todas las áreas.
A su manera. En poco más de diez años de carrera, Rihanna ha colocado 40 canciones entre las 10 más populares en Estados Unidos, y si bien en el pasado se ha arriesgado con su propuesta artística, nunca se había aventurado tanto como en Anti.
“Me arriesgo porque me aburro, y me aburro muy fácilmente”, dijo en una entrevista con la revista NME . “Es fácil hacer un álbum de grandes canciones, pero quiero que la gente se monte en la atracción. Las canciones tienen que tener sentido juntas”.
El tiempo dirá qué lugar ocupa Anti en la discografía de Rihanna, cualitativamente hablando, pero el riesgo es notablemente mayor aquí que en cualquier otro momento de su carrera. Las ventas no son un problema: la marca Samsung compró el primer millón de copas digitales del disco para regalarlo a sus usuarios, como parte del contrato de $25 millones que firmó con la cantante. Por ello, Anti es –desde que la artista lo regaló en Internet– un disco con certificado de platino.
Desde que se dio a conocer, en el 2005, Rihanna publicó un disco por año hasta el 2012. Los fans y la prensa sabían que, cuando llegaba un disco nuevo de la cantante, en menos de 12 meses habría otro, hasta que rompió protocolo.
En los últimos años la estrella se dedicó a cultivar expectativa y a operar como luminaria fuera de la música –como su actuación en Home , por ejemplo–, y tras el descanso queda por definirse si la música es tan importante para ella como todo lo que la rodea.