El pianista Richard Clayderman vuelve al país tras una ausencia de siete años. Él se presentará el 3 de junio en el Teatro Popular Melico Salazar, a las 8 p. m.
La noticia la confirmó Interamericana de Producciones, responsables de la visita del artista.
Phillippe Pages, nombre real del pianista, se encuentra actualmente en una gira internacional que lo llevará entre abril y junio al Líbano, Alemania, Japón, Panamá, Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Costa Rica.
La productora anunció que los precios de las entradas y la fecha en que saldrán se anunciarán en los próximos días.
El francés actualmente promociona su disco Romantique (2013), en el que incluyó temas clásicos y algunos más contemporáneos como Someone Like You , Dueto de las flores , O Mio Babbino Caro , Nessun Dorma y como material adicional la grabación original del tema que lo diera a conocer a nivel mundial: Balada para Adelina .
Con su visita en junio, se termina un periodo de siete años de ausencia del pianista. Su show anterior fue en el 2006, en el San José Palacio. El músico también estuvo en el país en el 2001, cuando compartió su música en el Costa Rica Country Club, y en 1998, cuando subió al escenario del Teatro Nacional.
Niño pianista. Pages nació en Francia, en 1956. Sus biógrafos aseguran que siendo niño se pasaba escuchando a su padre dar clases de música y esas fueron sus bases en este arte.
A los ocho años, recibió su primer piano de manos de su padre, para que explotara esa veta artística que tenía.
Con 10 años, participó en los primeros concursos locales con muy buenos resultados; dos años más tarde comenzó sus estudios en un conservatorio de música y con 16 años comienza una carrera profesional como concertista.
De los grandes maestros del piano clásicos pasó a formar un ensamble de rock ; trabajó en un banco y por las noches era un músico freelance para varios artistas parisinos de la década de 1970.
Para redondear su salario, comenzó a trabajar como músico de estudio.
En 1977, los productores Olivier Toussaint y Paul Senneville, dueños del sello discográfico Delphine, lo conocieron y le propusieron grabar un tema que uno de ellos compuso para su hija Adelina.
El tema fue bautizado sencillamente como Ballade Pour Adeline y los productores sentían que si alcanzaban ventas de 10.000 unidades sería un éxito. Lo que jamás imaginaron es que venderían 22 millones de copias en 38 países alrededor del mundo.
“Realmente no quería ser una estrella. Estaba feliz de acompañar en grupos, de ser músico de estudio y nunca soñé con ser un solista”, aseguró el artista en su biografía oficial.