Virtuoso de la guitarra, mano derecha de Sting y también solista; ese es el músico de origen argentino Dominic Miller , quien presentará su espectáculo de jazz fusión este miércoles 14 en el Jazz Café Escazú, en una presentación acústica muy íntima y llena de emotividad.
Miller tiene en su hoja de vida como solista una producción de 12 álbumes y con Sting ha trabajado desde la grabación de The Soul Cages (1991), hasta The Last Ship (2013). Su primer disco en solitario lo grabó en 1995 y se llamó First Touch.
El éxito de su carrera depende no solo de la mancuerna que ha hecho con el músico británico, sino que responde a la trayectoria que ha labrado por sí mismo y por haber trabajado con otros artistas de renombre como Phil Collins (en el disco ...But Seriously de 1989), Tina Turner, Paul Young, Bryan Adams y Luciano Pavarotti; también fue parte de agrupaciones como Level 42 y The Pretenders; en resumen, por sus manos y las cuerdas de su guitarra ha pasado gran parte de la mejor música.
Sin embargo, el artista asegura que su proyecto personal no es original, ya que se basa en la inspiración que recibe de todos aquellos a los que admira.
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Miller, hijo de padre estadounidense y de madre irlandesa, nació en la pequeña localidad de Hurlingham en las afueras de Buenos Aires, escuchó y vivió de cerca el tango y desarrolló su gusto por la música latina, la cual también es una influencia muy importante en su trayectoria.
En medio de viajes de trabajo, desde el aeropuerto de la ciudad de Londres, Miller habló con Viva sobre su tercera visita a Costa Rica, ya que en dos ocasiones vino al país acompañando a Sting: la primera en 1988 estuvo en el concierto por los Derechos Humanos y en el 2006 en el Festival Imperial.
A continuación un extracto de esa conversación.
Pronto estará en Costa Rica en un concierto muy íntimo, ¿qué trae para este recital?
Voy a ir con música muy variada, es una celebración de la música que a mí me gusta desde Bach hasta The Beatles, estaré allá para festejar a la música de la que yo soy fan.
Estará acompañado por el tecladista inglés Mike Lindup...
Es un tecladista maravilloso, lo conozco desde que tengo 19 años porque compartimos juntos en la universidad. Tenemos una telepatía que es una cosa increíble, así que seguro que va a ser una buena noche.
Se dice que le gustaría tener un acercamiento esa noche con músicos costarricenses...
Ojalá que sí... Me encantaría tocar con músicos locales, siempre me interesa hacer un espectáculo de ese calibre. No conozco músicos en especial pero estoy familiarizado con los ritmos y las sintonías que se tocan en Costa Rica porque no se diferencia mucho de lo que se hace en el resto de América Latina.
Esta es su tercera visita a nuestro país, ¿qué recuerdos tiene de las otras dos veces que vino con Sting?
Para mí este viaje es como la primera vez que voy porque lo hago solo y es una experiencia totalmente diferente. No tengo la presión de que será un suceso llamativo; por el contrario voy con humildad, algo de miedo y muchas ganas de visitarlos porque es como la primera vez.
Hablando de su trabajo con Sting, ¿cómo ha logrado mantener esa mancuerna después de tantos años? Porque los músicos cambian mucho y ustedes siguen en la misma relación
El secreto es que desde el día que conocí a Sting siempre tuvimos una distancia personal, lo que tenemos es algo musical; sí es mi amigo y comemos juntos de vez en cuando, pero no somos tan cercanos. Tenemos también una telepatía que no se puede explicar, yo soy como su hermano menor así que él tiene cosas que yo quiero y yo tengo cosas que él quiere. No somos amigos, somos hermanos, ese es el secreto de nuestro suceso, no ser demasiado juntos, solo en la parte musical.
¿Cómo es esa relación musical, cómo se ha formado esa sinergia entre voz y guitarra?
Yo tengo una forma de complementar sus ideas, le ofrezco y le provoco varias sensaciones e ideas laterales. Él tiene una sensibilidad de composición que es única y yo, que tengo mis cosas, puedo provocarlo con diferentes opciones armónicas. Ese tipo de cosas son las que tenemos en esta relación, ambos nos sorprendemos de diferentes formas porque seguimos trabajando de una forma muy original.
¿Del trabajo con Sting y en solitario, cómo se desliga un estilo del otro para hacer sus presentaciones personales?
En tantos años he aprendido con su disciplina de ser un líder; eso me ha ayudado mucho pero no me desliga del todo. En este concierto vengo con algunas canciones de él porque es mi maestro, pero la diferencia es en el sentido de que mi música es solo instrumental, la narrativa es solo por parte de las notas que emite la guitarra. Mi sello es que a mí me gusta conversar musicalmente con el público para que intente crear sus propias imágenes en la mente, quiero que el espectador pueda sentir realmente desde el interior.
¿Qué ha evolucionado en su trabajo desde First Touch durante todos estos años en la industria de la música?
No soy mejor compositor porque no creo que se pueda mejorar, sos quien sos y ya. Lo que ha cambiado es mi naturalidad con los arreglos así que son más maduros ,pero no necesariamente mejores, son menos inocentes. Hablar de música es muy difícil porque para mí es algo espiritual, como de otro planeta. La respuesta sería que solamente soy más viejo ahora y tengo visualizaciones diferentes de arreglos y de formas.
La música de América Latina y en especial varios artistas argentinos como Mercedes Sosa, Charly García y Alejandro Lerner, han influenciado su estilo y su carrera, ¿qué le ha dejado esto?
Es algo enorme, yo nací en Argentina y está en mi sangre, no sé como explicarlo. En Argentina, quizás como en Costa Rica, hay una guitarra en cada casa, el deporte y la música son como religiones así que cada vez que toco hay una sensibilidad con el ritmo; lo mismo cuando toco música clásica o rock siempre hay un poco de referencia eso nunca va a salir de mi cuerpo, es algo muy mío. Los mejores guitarristas clásicos son siempre de América Latina porque cuando tocan Bach y Beethoven siempre hay una sensación de que bailan con la música, los europeos no hacen eso; por eso siempre aprendo mucho de los músicos latinoamericanos. Suerte que nací de este lado de la atmósfera.
Hay una fusión bastante interesante de ritmos en su propuesta porque ha probado con el jazz , electrónica, pop, clásica, ¿pero cuál es la escencia de Miller?
¡Qué puedo decir! No hay nada extraño, en mi ADN está impreso, mi trabajo es el resultado de toda la música que escucho y por eso no puedo explicar en firme qué es lo que hago porque todo mi trabajo es la referencia de mis gustos; sin embargo, hay una denominación común que es lo latinoamericano, clásico, música brasilera, de todo...
CONCIERTO CON DOMINIC MILLER
Jazz Café Escazú, 14 de octubre, 9 p. m.
Aún quedan pocas entradas a la venta en www.specialticket.net . Los precios son: ¢32.500 en silla no numerada y ¢27.500 en general de pie.