Para nadie era un secreto que esta no es la primera vez que Juan Luis Guerra pisa suelo costarricense. Por ejemplo, el año pasado se presentó en dos oportunidades en el país.
Sin embargo, al igual que el nombre de su gira, Todo tiene su hora , el concierto realizado anoche en el Anfiteatro Coca Cola, en Parque Viva, fue el primer encuentro cara a cara con él para algunos de sus fanáticos.
Uno de ellos fue Óscar José Corrales, joven de 21 años que llegó acompañado por sus papás, Óscar Corrales y Sonia Pacheco. Para él, esta noche era especial y su cuerpo lo sabía.
Desde cualquier punto de ubicación en el Anfiteatro Coca Cola, era fácil divisar a este estudiante de administración, no por la silla de ruedas que estaba a su lado, sino porque la sonrisa parecía ser la principal invitada de su rostro.
“Me gusta mucho Juan Luis Guerra. Soy un hombre al que le gusta mucho bailar y su música es perfecta para hacerlo”, asegura el joven cuando hace referencia a uno de sus ídolos.
Al mismo tiempo que hace su mayor esfuerzo por levantarse de la silla para tomarse una fotografía, su madre, Sonia Pacheco, quien lo ayuda en la tarea, comenta que el gusto por la música de Juan Luis Guerra le viene de familia.
Tanto ella, como su esposo, Óscar Corrales, se conocieron en un salón de baile en Sarchí. Esa es la razón del por qué, junto a su hijo, disfrutan de mover su cuerpo con cualquier ritmo.
“Es vacilón porque ahí donde lo ve, mi hijo gana hasta concursos de bailes. Yo creo que su energía está en la ganas que le pone, porque qué bárbaro y que sabor tiene”, afirmó el orgulloso papá.
Esta familia llegó al Parque Viva a las 5 p. m., proveniente de Naranjo, con el propósito de ocupar su espacio en la localidad de Preferencia. Sin embargo, la logística no salió cómo ellos esperaban, por lo cual un miembro de boletería los ubicó en una posición más estratégica: detrás de la exclusiva zona Golden Circle.
“Nos preocupamos un poco en ese momento. Sin embargo, ahora le digo que hasta salimos mejor, porque estos asientos están perfectos para que él pueda bailar y disfrutar”, expresó Sonia, secundada por su esposo.
Hace dos semanas, Óscar recibió la noticia por teléfono de que iría al concierto de Juan Luis Guerra; su padre fue el encargado de comprar las entradas y de darle la buena nueva.
A lo mejor usted le pasó como a muchos que han tenido la oportunidad de conversar con este joven: es hasta el final que se pregunta por qué necesita una silla de ruedas. El motivo es que padece de Taxia, lesión en el cerebelo que afecta su capacidad motora.
Anoche, eso era lo de menos, a Óscar le había llegado su hora de alimentar el espíritu con esa música que le inyecta el alma.