Las últimas líneas que cantó Chris Cornell en un concierto fueron prestadas, no suyas. Antes de tomar la decisión de morir la madrugada del jueves 18, Cornell dio un concierto en el Fox Theatre de Detroit, Michigan, junto a Soundgarden, grupo con el que cosechó sus éxitos más grandes en la década de los años 90.
No obstante, su postura y su energía no fueron las mismas de aquella época. De hecho, según anota la cronista Ashley Zlatopolsky, de Detroit Free Press, el músico de 52 años tuvo un comportamiento muy extraño en la quinta ocasión en que ella fue a verlo.
El llamado “mejor frontman del grunge” dejó a las 5.000 personas que abarrotaron el teatro cantar los coros de canciones ganadoras del Grammy como Black Hole Sun y Spoonman. No se mostró particularmente emocionado ni recorrió el escenario para saludar a su público.
Algo cambió a la hora de terminar el concierto. Junto a sus compañeros interpretó una fusión entre Slaves & Bulldozers de Soundgarden e In My Time of Dying de Led Zeppelin ('En mi hora de muerte' es la traducción del título).
De Robert Plant, Cornell tomó prestada un par de frases que ahora funcionan como premonición: “En mi hora de muerte no quiero que nadie sufra / Todo lo que quiero es que lleven mi cuerpo a casa”.
Para terminar la pieza y la presentación volvió en sí y derrochó toda la energía que no había usado antes. Cornell hizo un poderoso solo, tocó la guitarra posándola en su cabeza e, incluso, deslizó el brazo de su guitarra en el estante del micrófono con la distorsión de la guitarra a full.
Aunque durante el concierto parecía como si no tuviera energía, en ese momento brilló. Cornell se mostró agradecido con el público que se mantuvo vibrante aún cuando él hubiera olvidado pasajes de sus canciones.
Con cinco presentaciones pendientes en la gira, Cornell dijo en el micrófono una frase que ahora resuena en la mente de las 5.000 personas que fueron a cantar junto a él: “Me siento mal por la siguiente ciudad”. Unas horas después, se sabría que esa fue su última presentación.
Los detalles de su muerte son escasos, pero todos son duros de asimilar. Poco después de la medianoche, Cornell fue encontrado muerto en su habitación por uno de sus compañeros de banda. Un médico forense dijo a la agencia de noticias AP que la causa de muerte fue asfixia. La investigación, desde un inicio, fue tratada por la policía como un suicidio.
La noticia se dio a conocer la madrugada del jueves 18, cerca de las 2 a. m. y unas 12 horas después se confirmó que el cantante se había quitado la vida.
Para la tarde del jueves, las páginas en Facebook de los grupos Soundgarden, Temple of the Dog y Audioslave no habían emitido ninguna clase de comunicado.
La página de Cornell tampoco había hecho ningún anuncio, pero en todo el mundo ya se sabía que una de las voces más importantes de los años 90 se había apagado.
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Primeros pasos
Christopher John Boyle nació el 20 de julio de 1964, en Seattle, Washington. Se interesó por la música a finales de los años 70, cuando sus padres se divorciaron. En esa época, decidió enfrentar su depresión con un fuerte consumo de drogas y eso hizo que para los 14 años dejara la secundaria.
El joven se refugió en su casa, de la cual evitó salir durante un año. Él definió ese estado como “casi agorafóbico” a la revista Rolling Stone en los años 90. Su estado cambió cuando encontró en el sótano de un vecino varios discos de Los Beatles, que empujaron su acercamiento a la música.
Sus dos hermanos mayores –Peter y Patrick– y sus tres hermanas menores –Katy, Suzy y Magie– también se interesaron por la música y eventualmente formaron el grupo Inflatable Soule.
A inicios de los 80, con 16 años, Chris formó el grupo de covers The Shemps, en el que él cantaba y tocaba batería. Luego, en 1984, formó Soundgarden junto al guitarrista Kim Thayil y el bajista Hiro Yamamoto.
La banda fue firmada por Sub Pop, sello formado por Yamamoto y Bruce Pavitt. Ese mismo sello consolidó la escena grunge de Seattle y a bandas como Nirvana.
Los cuatro grandes del grunge eran precisamente Nirvana, Pearl Jam, Alice in Chains y Soundgarden, y se consolidaron como las voces de toda una generación a inicios de los 90.
En 1991, Soundgarden lanzó su tercer disco, Badmotorfinger, que incluyó clásicos del grupo como Jesus Christ Pose, Outshined y Rusty Cage, piezas que redefinieron el panorama del rock en su momento.
Chris Cornell contaba con una voz prodigiosa, tan capaz de sonar confrontativa como de elevar los espíritus con sus melodías. Esos contrastes hicieron que el grupo ganara peso en la escena.
Tanto así que cuando el grupo Mother Love Bone se quedó sin vocalista, llamaron a Cornell para que se encargara de interpretar las voces principales en el álbum Temple of the Dog (1991). De este grupo salieron los miembros que luego conformarían Pearl Jam.
En 1994, Soundgarden pasó de ser un grupo conocido solamente por los fanáticos del rock alternativo en Estados Unidos a un fenómeno internacional. Su álbum Superunknown, nominado al mejor disco de rock en los Grammy de 1995 y debutante en el primer puesto de la lista Billboard 200, fue lo que les valió esa posición de privilegio.
El éxito les pasó la factura a la larga, porque las tensiones internas del grupo hicieron irremediable su separación en 1997. Cornell aún no estaba listo para regresar a su casa y dejar de componer. En 1999 lanzó su primer álbum como solista, Euphoria Morning.
En solitario incluso tanteó los terrenos del pop junto al productor Timbaland, en el álbum Scream (2009), que fue bastante golpeado por la crítica.
La era de los regresos
En el 2001, Chris Cornell regresó a los escenarios junto a Audioslave, banda que reunió a los miembros de Rage Against the Machine: Tom Morello, Brad Wilk y Tim Commerford.
Juntos alcanzaron éxitos masivos como Like a Stone y Show Me How To Live e, incluso, hicieron un memorable concierto en La Habana, en el 2005, en una época en la que las relaciones entre Cuba y Estados Unidos continuaban tensas.
Dos años después, el grupo anunció una separación, después de haber producido tres álbumes Audioslave (2002), Out of Exile (2005) y Revelations (2006).
La última reunión de Audioslave fue en enero del 2017, en un concierto junto a Prophets of Rage y Tenacious D, una declaración de guerra desde los escenarios contra el gobierno de Donald Trump.
En el 2012, Cornell reunió a los miembros de Soundgarden para el álbum King Animal, el primero desde 1991 en no conseguir la certificación platino.
En febrero del 2017, Soundgarden anunció una gira por Estados Unidos y tantearon las preparaciones para un nuevo álbum. La gira comenzó el 29 de abril, en Tampa Bay, Florida y tenía programado concluir el 27 de mayo en el festival Rocklahoma.
Es seguro decir que este último concierto no sucederá. La despedida de Cornell fue tan inesperada. Nadie sabe si el grupo terminará el álbum que empezó o si usarán la coyuntura para cerrar permanentemente el capítulo.
Dos años atrás, cuando le preguntaron a Cornell si deseaba estar en el Salón de la Fama del Rock and Roll, él contestó que no le atraía la idea porque se sentiría como un cierre, como recibir “un reloj dorado” a la edad del retiro, un gesto cariñoso para suavizar la despedida.
Nadie sabe las razones por las que Cornell decidió cerrar el ciclo de esta manera, sin gestos ni rituales. Sin embargo, en cada una de sus canciones siempre habrá motivos para celebrar su paso por esta tierra.