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Mantener un programa radiofónico por más de 30 años no es una tarea que se la brinca cualquiera y, mucho menos, lograr colarse en el gusto de los costarricenses durante tanto tiempo.
Leonel Jiméne z puede darse ese gusto, pues su espacio Sensación Deportiva, de radio Columbia , tiene ya 35 años al aire; allí, la crítica, la información, el humor y las opiniones encontradas de la afición, le calientan el oído a unos oyentes y divierten a otros.
El periodista y dueño de la agencia de viajes Global Travel aseguró que el espacio no tendría la misma sazón sin sus invitados estrellas: los contertulios, encargados de condimentar –así tengan razón o no– la actualidad del fútbol costarricense con sus opiniones.
La meta a corto plazo de Jiménez es celebrar 36 años el 10 de marzo, justo antes del Mundial de Brasil 2014 y, para ponerle más emoción, transmitir desde ese país durante los meses de competición.
“Ahorita superamos los 12.500 programas; ya bordeamos los 13.000. De contertulios andan entre 60 y 70; unos participan más seguido y otros más esporádicamente, pero todos muy leales y fieles al programa”, aseveró.
¿Alguna vez se imaginó alcanzar tantos años al aire?
No, menos que el comienzo fue tan duro, con apenas dos patrocinadores y en medio de dos monstruos como Jorge Pastor Durán y Juan Martín Guijarro. Fue un comienzo difícil, apenas para pagar un poquito la radio y a Francisco Paco Flores, dueño de la soda El Parque (aquella donde el único requisito es ser amistoso). Él me prestó ¢50.000 para comprar la consola, la línea de transmisión y un mes por adelantado que exigía la radio.
---¿Quién fue su mentor?
---(Lo piensa) Comencé a trabajar en radio Alajuela en un espacio llamado Tertulia deportiva ; a don Jorge Pastor Durán, que tenía una audiencia penetrante, le gustaba viajar a México o Argentina; entonces, me dejaba esa responsabilidad sin haber estado yo en una radio grande. Él tuvo mucho que ver y, por supuesto, Javier Rojas González quien me trajo a Columbia.
¿Se puede vivir de la radio?
Sí, cuando usted es ordenado sí se puede vivir de la radio. Cuando no quiere gastar más de lo que le ingresa e invierte de la manera más conveniente sí se vive, sí se disfruta.
¿Se le han enojado fuentes deportivas, jugadores o colegas?
Habrá uno que otro dirigente o persona que no le caiga tan bien, pero es parte de este oficio. Algunos dirigentes se molestaron por alguna crítica. Tuve una gran amistad con Hermes Navarro, por poner un ejemplo. Hubo que señalar cosas que no le gustaron y perdimos esa amistad, pero hay otros que se han molestado en el camino. Futbolistas no recuerdo; colegas tal vez que no comparten la posición de uno. Más bien he tratado de ayudarles a muchos como a Mario Segura, que hice que tuviera un programa de radio.
¿Qué situaciones ocurren tras el micrófono que el oyente ni siquiera se imagina que sucedan?
Esto es un programa de tertulia. Aunque la gente se imagina que produce muchas fricciones, no es así; entre los contertulios no se da eso. Por ser un programa donde hay una crítica muy fuerte y señalamientos directos, sí hay algunas reacciones. Una vez un dirigente de Turrialba, Sigifredo Campos, amenazó con traer al árbitro Ramón Luis Méndez en una bolsa amarilla de esas del OIJ. Ramón Luis estaba cerca, vino y se fueron a los golpes.
¿Cuáles son las críticas más duras hacia su persona?
---No recuerdo una así fuerte contra el programa o hacia mí. Tendría que pensarlo más para responderle.
En su libro La historia no revelada relata los accidentes que sufrió. ¿Es como Marcos Ramírez –personaje literario–, es decir, un tortero ?
Sí, tuve una infancia y adolescencia muy traviesa. Me costó estar al borde de la muerte cuatro veces; la más grave, cuando me tiré desde el muelle de Puntarenas y, calculando mal una ola, tuve destrucción parcial de médula y problemas cervicales. Pasé nueve meses inmovilizado en la cama de un hospital.
Está vivo de milagro...
Sí, solo Dios y la Virgen de los Ángeles hacen que esté hoy aquí. Llevó 26 romerías consecutivas asistiendo siempre para dar gracias.
¿Cómo es como abuelo?
Tengo cuatro nietas y un nieto. Es lo más bonito que me ha pasado; es como volver a vivir. Yo disfruté poco a mis hijos por razones de trabajo; otras por no ser tan responsable, pero ahora que convivo con todos ellos es la única razón por la que me retiré totalmente de asistir a los estadios y las transmisiones de radio y televisión. Ofertas, gracias a Dios, han sobrado, pero es una decisión tomada: solo con el programa de radio me voy a quedar, y con la agencia Global Travel. No he vivido una mejor época en mi vida que estos últimos ocho años.
¿De qué se arrepiente Leonel?
(Lo piensa) ¡Diay sí! De haber sido tan travieso en mi juventud.
¿Escribiría otro libro?
Sí; de hecho, voy a escribir mi segundo libro, que hablará de todos los campeonatos mundiales. Voy a comenzar a escribirlo. Todavía no le tengo un título.
¿Qué partido aún no ha visto en vivo y le gustaría tener ese placer?
Uno del Barcelona ganándole al Real Madrid (risas).
Su amigo Pescado dice que, aunque usted diga que es aficionado al Carmen, es liguista. ¿Es cierto?
Yo soy alajuelense; todo lo que tenga que ver con la provincia de Alajuela lo llevo en el corazón.
”Nací en San Carlos; fui directivo del Carmen, viví 19 años allí, soy socio del Carmen; mi hermano jugó allí, mis hijos son liguistas y me identifico con todas las cosas buenas... de los equipos de la provincia, llámese San Carlos, San Ramón, la Liga y, sobre todo, mi querido Carmelita”.
¿Cuál cree que ha sido la receta para mantener un programa tanto tiempo?
Pienso que es un coctel de personalidades lo que hay aquí. Segundo porque ha sido un grupo de amigos muy fieles al programa. Tercero, uno pretende no adormecer ni narcotizar al oyente de fútbol; por eso, tiene su parte seria, crítica, información fresca, comentario profundo y su burbujita de humor.