La salud de la duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, continúa crítica. Este miércoles la aristócrata recibió la visita de su confesor, el sacerdote Ignacio Sánchez-Dalp.
Fitz-James reposa desde la noche del martes en el palacio de las Dueñas, luego de que su familia la decidiera sacar de la Unidad de Cuidados Críticos de la clínica Sagrado Corazón (de Sevilla) donde fue ingresada el domingo por una neumonía.
Sánchez visitó a la aristócrata poco antes de las 11 a. m. hora local, y su visita coincidió con la llegada de Jacobo Martínez de Irujo, conde de Siruela, junto a su esposa Inka Martí.
Con las visitas, Cayetana Fitz-James logró reunir a toda su familia y sus amigos cercanos. La familia de la aristócrata indicó que su salud no mejora y que desde anoche tiene respiración asistida.
"El estado de la duquesa es muy preocupante. La familia confirma que desde que llegó a Dueñas no ha hecho un gesto y que tiene respiración asistida desde anoche. Sin embargo, la 'gran naturaleza' (como la definieron sus doctores) de Cayetana hace que no se pierda la esperanza de una repentina mejoría", sostiene el diario El Mundo.
Ayer el centro médico dijo que autorizaron dar de alta a la duquesa por deseo de ella y de sus familiares.
"Por expreso deseo de la paciente y de sus familiares, doña Cayetana Fitz-James Stuart, Duquesa de Alba, ha sido trasladada a su domicilio para continuar allí su tratamiento", aclaró en un comunicado de prensa el hospital.
"El soporte en domicilio será dado por el equipo de profesionales que la ha atendido durante su permanencia en el Hospital como por el equipo de médicos y de enfermería que venían atendiéndola hasta su ingreso", agregó el escrito.
La duquesa de Alba, de 88 años, es uno de los personajes preferidos de la prensa del corazón española, que había hecho un gran despliegue en el 2011, cuando esta aristócrata se casó en octubre de ese año con un exfuncionario del ministerio de Trabajo sexagenario, su tercera boda.