
En televisión, Alessandra Rampolla es el antónimo perfecto de la palabra “tabú”: libre, decidida, empoderada y, sobre todo, una defensora del placer femenino.
En su vida cotidiana también lo es, pero con un matiz mucho más humano. La popular sexóloga puertorriqueña reconoce que, como cualquier otra mujer, también puede ser víctima de la timidez en la cama, de la incertidumbre al buscar el amor o, incluso, de sus propios complejos.
A sus 42 años –y tras haber enfrentado un divorcio–, Rampolla está en pleno proceso de reinvención. Se sometió a una cirugía de bypass gástrico con la que cambió de manera radical su figura y se cuestiona si la maternidad llegará algún día a su vida.
Sin embargo, nunca pierde de vista la definición que tiene sobre sí misma: una “diosa erótica”, el nombre que dio a uno de sus libros y a la charla con la que se presentará este 30 de julio en Expomujer Perfil , en el Centro Kölbi de Parque Viva .
Este es un extracto de la entrevista que concedió antes de su próxima visita a Costa Rica:
¿En qué momento de su vida se dio cuenta de que podía sentirse, comportarse y amar como una “diosa erótica”?
Pues no sé cuándo fue que me di cuenta. Sé que lo soñé y que aspiré a (serlo). Yo creo que en términos de lo que es el amor y la expresión, la sexualidad es algo que comunica entre dos seres humanos de una manera en que las palabras muchas veces no logran hacerlo. Es una experiencia realmente humana muy particular, muy intensa, muy poderosa, y desde siempre me pareció importante manejarla.
Viene desde un lugar personal y aspiracional propio mi interés, porque entiendo que el amor y lo que yo aspiro a vivir pasa por la inclusión activa de una vida sexual que sea disfrutable para ambos en la pareja.
¿Cómo llegó a serle tan fácil hablar abiertamente sobre sexualidad si viene de una familia conservadora?
Yo pienso ahora: "¡Wow, qué brava era yo a los 20 años!" En ese momento de mi vida era muy tremendo que mis papás no solamente lo permitieran, sino que apoyaran mi decisión de estudiar sexología, porque sabían que iba a ser muy controversial y que necesariamente no iba a ser vista con buenos ojos.
Mi pasión y mi interés, lo que yo sentía era una vocación, una cosa que me superaba y que me sacaba los miedos a enfrentar la mala cara, el reclamo, el enojo que podían presentar mis papás.
Cuando tenía 17 años y comenzó a experimentar la sexualidad compartida, usó una tarjeta de crédito de su padre para comprar libros sobre sexo. ¿Considera que aprendió más sobre el placer en la literatura o en la práctica?
En la combinación de ambas cosas, porque la práctica sin tener una buena base de fundamento es como tirarse al garete sin mapa, a ciegas, y es muy fácil perderse.
Cuando se tiene todo el conocimiento previo, uno se puede relajar más y ahí es que aparece la posibilidad del placer.
Si pudiera repetir sus primeras experiencias con todo lo que sabe ahora como sexóloga, ¿qué cambiaría?
Absolutamente nada. Creo que fue perfecto aprender las cosas como las aprendí, en el tiempo y forma y con la persona que fue, y con la inocencia, el entusiasmo, la curiosidad y la magia con que se vivió en su momento. No lo cambiaría, por más torpe que haya sido.
”Y en mi caso, por una motivación muy mía, siempre busqué información para suplementar lo que estaba haciendo”.
¿Alguna vez fue tímida en la cama?
¡Pero por supuesto! De vez en cuando me siento tímida. ¡Soy mujer! Tengo días en los que me siento muy loca, y tengo días en los que soy recatada y tímida. Y bueno, breguen con mis estados anímicos porque así soy.
A veces, por circunstancias personales o con la pareja que tú estás, una situación te puede provocar más timidez que otra, y me parece que está bien. No siempre tienes que no estar vulnerable o sentirte un poquito cohibido.
Así que sí, he vivido todo tipo de diferentes sentimientos mientras estoy intimando, y ese ha sido uno de ellos.
¿Y cómo logra deshacerse de esa timidez?
Trato de conectar con personas que realmente me interesan. Creo que también hay una cuestión de que si estás con alguien con quien en realidad no te sientes tan a gusto y no estás tan cómoda como para hacer ciertas cosas, mejor no las hagas. Son situaciones que, con la experiencia, empiezas a evitar más a menudo.
Saber elegir la persona con quien vas a estar y el momento en que te vas a animar a intimar pueden influir en tu nivel de timidez.
Dice que hay que saber elegir a la persona, pero ¿alguna vez le tocó lidiar con un mal amante?
Sí ha habido situaciones que talvez no fueron mis favoritas o que no me impactaron tanto, o que uno dice: "Bueno, nos vamos a dormir, por favor, que tengo sueño". Pasa, pero no puedo pensar en alguna persona de la que yo diga "¡horror!" y salga corriendo.
Si me gusta la persona lo suficiente para llegar a eso –y en mi caso, generalmente me gusta el ser humano suficiente como para llegar a ese momento– , pues sé trabajar con algunas cosas que talvez no me parezcan tan geniales de entrada.

En un mundo en el que somos constantemente bombardeados con imágenes de una acepción social sobre la belleza, ¿cómo disfrutar del sexo con el cuerpo que uno tiene?
El tema es que asociamos por alguna razón extraña, tóxica y muy venenosa que el disfrute sexual tiene que ver con alguna forma particular física, y no hay ningún tipo de asociación.
Lo único que sí se asocia es que cuando no estás a gusto con tu cuerpo, eso te va a cohibir de expresarte sexualmente, porque no es solo una experiencia física, es una experiencia emocional y espiritual en muchos casos. Pero también es una actividad física y tienes que emplear tu cuerpo libremente.
Creo que el cambio va a venir desde un lugar de concientización social generalizada y el entendimiento de que nos han hecho muy feo marketing con respecto a la imagen corporal y el sexo.
Usted ha dicho que la decisión de someterse a una cirugía de bypass gástrico tuvo que ver con su deseo de ser madre, pero ¿tendría también algo de relación con una necesidad de sentirse sexy?
No, en el caso mío no, porque yo no siempre fui una mujer adulta obesa. He estado en todos los diferentes pesos y te puedo decir por experiencia real de vida que he sabido sentirme mucho más sexy en mis momentos más obesos que estando mucho más delgada.
He aprendido como consecuencia de mi obesidad, y talvez no siempre lo entendí tan bien, que mi disfrute sexual nunca pasa por mi forma corporal. De mis mejores experiencias eróticas de mi vida, me consta que las viví estando obesa.
¿Cambió algo en su matrimonio luego de su cirugía?
Como consecuencia de la cirugía no hubo ningún impacto en el matrimonio. Los temas que había venían desde antes de la cirugía y se mantuvieron durante la cirugía y después y decidimos tomar la decisión de terminar con la relación. Pero no pasó por la cirugía ni por mi cambio físico.
Mi exesposo me conoció y se casó conmigo estando obesa, sin ninguna expectativa de que fuera a bajar de peso después.
Nuestra decisión del sometimiento a la cirugía sí tuvo que ver con nuestro deseo de ser papás, y en el caso mío, de sentirme responsable en el proceso, porque sabía que mi cuerpo no era el mejor vehículo para traer vida en las condiciones en que estaba.
Hasta ahora no me ha tocado ser mamá. He hecho todo lo que humanamente se puede hacer para que las condiciones sean las más óptimas. La bendición Dios no me la ha querido mandar, por la razón que él tenga y se la respeto.
Así es que estoy en un momento de mucha tranquilidad y de mucha paz con el tema de la maternidad. Estoy muy entusiasmada con ver cuál es la aventura que me toca vivir: talvez sea una maternidad siendo una señora muy grande, quién sabe, y talvez no incluya para nada la maternidad.
A sus 42 años, ¿se siente presionada por el reloj biológico?
Para nada. Creo que hace unos años me sentía más presionada.
Pero no me siento en lo absoluto presionada porque no siento la necesidad de ser madre. Creo que sería hermoso y una gran bendición, y que si me toca, sería algo más que celebrado. Pero no es algo que me quita el sueño al día de hoy.
¿Estaría dispuesta a adoptar?
Sí, me gustaría mucho. Es una posibilidad que queda abierta a futuro. En este momento, no es algo que estoy considerando.
Pero me gusta la idea desde niña. De hecho, tengo en mi familia experiencias de personas que han adoptado, que han tenido niños de crianza en sus casas regularmente. Lo he vivido desde muy cerca, y me parece que es algo que me puede interesar mucho.
¿Logró sobrellevar su divorcio sin que se viera afectada su autoestima y su deseo sexual?
La verdad es que no tuve esos issues de pensar que iba a ser difícil o que iba a tener problema con el sexo a futuro.
Pero sería normal pensarlo, porque uno está down y no ve las cosas claramente. Uno mira muy de cerca todos los errores que ha cometido y es difícil tragar la pastilla de la responsabilidad porque no funciona una relación.
Creo que lo sobrepasé siendo muy consciente de lo que estaba viviendo, siendo amable con mi expareja y conmigo misma. Los dos hicimos todo lo posible por no lastimarnos en un proceso que era difícil para ambos y fuimos muy fieles a la idea de que como nos queremos como seres humanos, queremos ser felices y ver al otro feliz.
Creo que es muy honorable y de mucha valentía en dos personas que se han querido mucho en saber decir: "Hasta aquí llegamos porque estamos mejor solos o con otras personas que juntos".
Todas esas cosas me dieron un contexto que me dio mucha seguridad en sentirme tranquila con mi decisión y esperanzada por el camino que se abiera.
Luego usted logró encontrar el amor muy rápidamente. ¿Aún mantiene su relación con Bobby Connelly Nadal?
Terminamos a inicio de año.
¿Y ahora está sola?
Estoy solterita. Hace mucho tiempo que no estoy soltera.
¿Cuánto tiempo?
Entre mi matrimonio y mi relación con Bobby pasaron 10 años.

Este es uno de los temas tabú que usted ha señalado en otras ocasiones: ahora que le toca estar soltera, ¿cómo disfruta de su sexualidad?
Igual que la venía disfrutando; esa parte nunca ha dejado de existir. La masturbación es una parte importante e integral de la vida de cualquier ser humano, esté o no esté en una pareja.
Que uno no esté en una relación significa que uno esté solitario en la vida, llorando en un rincón de su casa. La vida continúa y yo estoy armándola de la mejor manera que me parece, con mucho cariño alrededor, con gente buena, que me inspira y me acompaña a crecer. Salgo, tengo amistades y estoy en el proceso de recibir invitaciones y ver si las acepto o no las acepto. Es toda una locura, pero es muy divertido.
No hay plan; son nuevas experiencias.
Aun teniendo hoy la figura que muchas mujeres desearían e incluso habiendo modelado lencería, ¿le ocurre que hay mañanas en las que se levanta, se mira al espejo y no se siente bonita?
¡A cada rato! Hay días en que estoy tres horas frente al espejo y por más lipstick que me ponga, no me acabo de ver linda.
A todo el mundo le pasa y sabemos que no es una visión real. No soy loca de pensar que lo que uno percibe siempre es basado en la realidad. Influyen un montón de cosas: desde las hormonas, el momento del día, experiencias que han pasado, estado anímico…
Pero sí, yo soy mujer y soy loca y soy temperamental, y me veo bien un día y al día siguiente soy una neura tremenda.
De todos los consejos que brinda a mujeres, ¿cuál se daría a usted misma en este momento?
Sería una sola palabra: “Atrévete”. A veces me cuesta el “atrévete”. Son 42 años y es un momento muy distinto para hacer vida social, de salir, conocer, reinventar, y para mí es todo nuevo.
Yo soy de las que insto a la gente a que se anime, que se atreva y que sea valiente, y a veces me hace falta recordarlo para mí.
¿Alguna vez ha sentido que, siendo sexóloga, aplica el viejo refrán que dice que casa de herrero, cuchillo de palo?
Podría ser que alguien piense eso; eso está en la experiencia de quien está con uno. Yo la paso bien. No siento que en casa de este herrero haya un cuchillo de palo. Creo que no pasa ni siquiera por las parejas, sino por la química.
Es raro porque en el caso mío, la sexualidad no es algo que pueda dejarse de lado, como un contable que olvidarse de sus libros y vivir su vida. La sexualidad es parte del ser humano como el pulso o la respiración. El ser humano necesita expresar su sexualidad, y no porque sea mi profesión puedo dejarlo de lado.
Sus charlas y programas televisivos suelen dirigirse más al público femenino que a los hombres. ¿Por qué?
Los canales en los que he participado en la mayor parte de mi carrera son dirigidos a la mujer.
Pero más allá de eso, aun cuando he hecho programas en canales de televisión abierta, los temas muchas veces se vuelcan al costado femenino, y es porque la sexualidad femenina es mucho menos conocida y entendida que la masculina. Con las mujeres, la mitad de la gente ni siquiera sabe que no es la vagina (el órgano que se estimula para alcanzar un orgasmo); que es el clítoris.
¿Y cree que aún falta educar a los hombres sobre el placer?
Sí, porque los hombres vienen muy bien educados por su propia experiencia sobre su sexualidad, porque socialmente se les da permiso para que se masturben y ellos exploran sin problema, pero no tienen cómo explorar el cuerpo de una mujer.
Creo que nuestras generaciones todavía no se han encontrado con esa equidad de libertad para la mujer mientras está creciendo, de conocerse y explorarse con la masturbación como lo hace el hombre.
El hombre también tiene que aprender porque muchas mujeres la verdad es que tampoco están bien enteradas todavía.
¿Cuáles cambios considera necesarios en la sociedad para fomentar un trato igualitario en temas de sexualidad?
Equidad de género desde un lugar más amplio que lo meramente sexual. Cuando nos veamos como seres iguales y que eso trascienda desde todas las facetas de la vida, eso se traduce en términos de la cama.
A medida de que las mujeres nos sintamos más merecedoras de todo lo que realmente sí merecemos lograr y tener en esta sociedad, también nos vamos a sentir más a gusto y decir: "No, ¿sabes qué? Yo también soy erótica y sexual y también quiero disfrutar de esto. ¿Por qué no?. Por ahí viene la conversación que estuviera dándose en nuestra sociedad aún más al día de hoy.
¿Qué ha aprendido de las personas al dar consejos sobre sexualidad?
He aprendido que ningún consejo es bueno para todo el mundo. Es increíble porque hay solamente cierta cantidad de partes del cuerpo y cierta cantidad de formas de estimularlas y se acabó.
Sin embargo, las experiencias de vida, los contextos y la emocionalidad te cambian mucho el manejo de una situación u otra.
Yo lo que he aprendido es eso: que hay que honrar lo específico y único que es ese momento con esa persona, que no va a ser igual con más nadie. Por tantas historias de todas las personas que me escriben, que me consultan, que me preguntan, uno se va dando cuenta de lo realmente ilimitada que es la perspectiva de la sexualidad. Así que para mí sigue siendo un tema superfascinante.