Vergüenza, Ultraje, Deshonesto, Villanía; todos son sinónimos del término “infamia”, pero también son personajes del estreno de Danza Abierta , en su segunda temporada del año.
Infames llevará a 24 bailarines arriba del escenario con la dirección de la bailarina y coreógrafa Ana María Moreno, Premio Nacional de Danza 2015, en la categoría de mejor diseño.
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El montaje será presentado en el Teatro de la Danza este viernes 3 y sábado 4 de junio, a las 8 p. m., y domingo 5 de junio, a las 6 p. m.
“Lo que queremos es explorar un grupo de personajes que tienen una vida infame o una vida triste, por diferentes razones”, comentó Moreno. “Ya sea por etiqueta social, por ser diferentes o porque llevan una vida en la que no se atreven a rebelarse o a ser ellos y son consumidos por el sistema”, agregó.
Moreno, fundadora y codirectora del grupo de danza independiente EX-áNIMA, hizo énfasis en que el montaje nació desde una exploración conjunta con los bailarines, al igual que la estética de la coreografía. “Estamos tratando la construcción y deconstrucción de espacios y ambientes. Para eso, estamos partiendo de una exploración plástica que se basó en cajas de cartón que usamos (durante la obra)”, indicó.
“En algún momento, las cajas forman parte de la escenografía, otros momentos son más protagónicas, otros son como canales a través de los cuales se reflejan estos miedos y los temas que trabajamos”, expresó.
Para ella, el fin de este proceso colectivo que se verá sobre las tablas este fin de semana es lograr que los bailarines se diviertan. “Ese es mi único objetivo. Por eso también partimos de la colectividad, para que ellos pudieran aportar e incorporarse en el proceso de construcción y que no fuera algo solo de mí hacia ellos, sino más un diálogo”.
En cuanto al montaje, explicó que la coreografía de 50 minutos no se trata de una sola historia, sino que reúne en el escenario una serie de “cuadros en movimiento” o escenas que van apareciendo. “Son como varios sketches con relación al tema entrelazados en un mismo espectáculo”, indicó.
Considera que para los bailarines, el reto no es bailar. “Ha sido en el tema de crear personajes, de proyectar, expresar emociones y cosas además de bailar. A veces es lo más difícil”, asegura.
“Generalmente, están bien entrenados y muy capacitados en toda la parte de danza, pero la parte más actoral no es necesariamente el fuerte de ellos; ese es el reto más grande que tenemos”.
Durante las tres funciones que tienen programadas, promete que imperará el dinamismo. “Yo creo que la gente va a pasar por muchas emociones, cosas grotescas, cosas que les den risa o situaciones un poco más densas. Es un tobogán de emociones lo que vamos a proponer”, agregó.
Las entradas tienen un costo de ¢5.000 la general y ¢3.000 para estudiantes, ciudadanos de oro y preventa.