En 1994, Daniela Tugues logró el primer “gran golpe” de su carrera: apareció en el documental Flamenco del español Carlos Saura. En esa época desarrollaba el estilo que ahora es su carta de presentación, el flamenco latino.
Hoy, presentará Flamenco de vuelta con un grupo de músicos costarricenses –los guitarristas Luis Fernando Aguilar, Alberto Campos; el cantante Pablo Durán, la flautista Andrea Zeledón y el percusionista Sabah Halabi– en Casa España a las 8 p. m. Las entradas tienen un costo de ¢10.000.
¿Cómo ha evolucionado su estilo a través de los años?
Mi primer deseo era ser como una bailarina de folclor venezolana que se llama Yolanda Moreno. Yo busqué una escuela y me dijeron que tenían flamenco y que era parecido. Apenas conocí el flamenco me enamoré de él: de su capacidad expresiva, de su espontaneidad, de su fuerza y rítmica.
”Tenía casi 20 años cuando empezó un proceso de búsqueda de autenticidad en el movimiento. Esa búsqueda iba de la mano con unos procesos migratorios en Venezuela, en los cuales los músicos de flamenco se fueron del país a buscar mejores economías. Nos dejaron a los que nos quedamos sin músicos. Entonces comenzamos a aflamencar nuestra música y a latinizar el flamenco.
”Eso también se suma a una búsqueda artística personal de ser honesta con lo que hago. Así se empezó a hacer un estilo al que llamamos ‘flamenco latino’(...). Siento que soy una defensora de ese estilo”.
¿Qué aportan otras disciplinas de la danza al flamenco?
El flamenco, como tiene origen popular, viene sin técnica. Pero ha venido evolucionando de una forma en la que se requieren más destrezas técnicas para su expresión. Zapatear tan fuerte contra el piso es muy fuerte para el cuerpo. El ballet , la danza contemporánea y otras disciplinas del trabajo del cuerpo tienen un conocimiento de cómo manejar el cuerpo para que la energía fluya mejor y el cuerpo esté más sano. De todo he tomado un poco, de las cosas que me van a permitir tener movimientos más limpios, mayor rendimiento con menos uso de energía y mayor salud, porque yo quiero bailar hasta los 80 años.
A la hora de bailar, ¿qué es más valioso, la pasión o la técnica?
La técnica tiene que estar al servicio de la inspiración. El arte es importante pero el conocimiento es casi tan importante, hay que conocer los códigos de cómo se baila. No es un conocimiento de libros, puedes conocer algo de vivirlo o con un maestro.
¿Cómo se refleja su estilo en el espectáculo de mañana?
Mañana se va a ver una puesta de escena en la que hablo del mestizaje de aquí, que es el mismo mestizaje de toda latinoamérica.
Usted presentó el año pasado un espectáculo llamado Mestiza .
Sí, me llamé “La Mestiza” para poder hacer lo que me de la gana. Es más o menos eso: se presenta la raza africana, presentamos música criolla y el flamenco.
¿Cómo ha sido el trabajo para mezclar ritmos latinos con flamenco como la bulesalsa ?
La bulería es el baile de fiesta más puro del flamenco y tenía una clave bastante rígida cuando yo la conocí. Comencé a ver a los músicos haciendo un pasito parecido a la salsa, así que pensé que podía bailarlo como salsa.
”La primera vez que me monté en un escenario en España, en el Casa Patas –uno de los restaurantes y sitios del flamenco más importantes de Madrid–, yo empecé a marcar con los pies salsa y todos los flamencos se me quedaron viendo, pero no me podían decir nada: estaba bien el ritmo.
”Comencé a latinizar la bulería, a hacer caderas de salsa... El año pasado con Mestiza , la bulesalsa fue el cierre del show”. Hice otra pieza que no he grabado pero que la letra dice “En Venezuela nace la bulesalsa” .
Las tensiones sociopolíticas en Venezuela, ¿afectan la creación artística?
Conseguir patrocinadores es un reto. Gracias a Dios, como tengo una carrera tan fuerte y consistente, tengo la confianza de las pocas personas que siguen apoyando a la cultura y el arte. Como no estoy plegada políticamente, no creo en ese falso socialismo hipócrita, no tengo el apoyo del gobierno. Montar Mestiza fue una producción muy grande y se tuvo que hacer todo sin apoyo. Hubo apoyo de las empresas pero están cerrando... Lo que hay que tener es coraje y atreverse. Este año estamos peores, no voy a poner Mestiza, voy a seguir afuera.
Dijo que se veía bailando a los 80 años, ¿cuáles son sus planes?
A esa edad yo me veo dándole clases a niños. Por dos años estuve dando clases a 150 niños de las barreadas de Caracas, montamos una escuela de teatro musical. Lo hicimos ad honorem y fue maravilloso. Realmente fue una experiencia reveladora ver cómo se puede transformar la vida de jóvenes que son la siembra del futuro y cómo nos transformaron a nosotros. Siempre he tenido ese sueño de dar clases y poder empoderar a los pueblos que tienen menos posibilidades y recursos; poder ayudarlos a que logren sus sueños.
¿El flamenco transformó su vida?
El flamenco ha sido mi piedra y pilar. No te puedo decir que la transformó porque el flamenco nunca ha estado fuera. Ha sido de donde me he agarrado y no me ha llevado el viento.