Un Mickey con ínfulas de mago, un lagarto bailarín, un aterrador demonio y hasta un hipopótamo con tutú: todo eso y mucho más es Fantasía (1940), un peso pesado del cine animado.
Setenta y cinco años después de su estreno, Disney continúa celebrando lo que fue un revolucionario experimento para la época: un filme que impactó generaciones, derribó estereotipos musicales y que, por su creativo estilo, no solo complació la vista, sino que sedujo el oído con un dulce y apasionado affair con los pentagramas.
Juntando su más grande delirio –la animación– con música clásica, Walt Disney demostró que una película es más película, si estos dos elementos conviven en un poético romance.
“Se lo garantizamos (con Fantasía ) usted no querrá escuchar música con los ojos cerrados”, aseguró un noviembre de 1940 el crítico de cine Bosley Crowther , de The New York Times .
Escuchar y ver, ver y escuchar. Con esa fórmula en mente y gracias a Fantasía , obras de Johann Sebastian Bach, Piotr Ilich Chaikóvski, Ludwig van Beethoven y Franz Schubert, entre otros compositores, encontraron nido en el sétimo arte y una ventana hacia una mayor exposición masiva.
Absorbidas por ingeniosas, locas y divertidas animaciones hechas a mano, c onocidas obras como El Cascanueces , la Sexta Sinfonía de Beethoven, el Ave María de Schubert y la Danza de las horas , entre otras, brillaron para las masas en sociedad perfecta gracias a Walt Disney y su equipo.
En los años 40, esos trabajos musicales eran conocidos e interpretadas en los aforos más reconocidos del orbe, pero en Fantasía fueron potenciadas con destacadas ilustraciones y exhibidas con un sonido envolvente (sistema estereofónico). Una combinación apetitosa para el público.
“Son obras relativamente fáciles de animar. Son muy activas. Es música temática y eso atrae la atención de niños y adultos. Por eso las eligió Disney: él sabía que por sus características iban a pegar”, dijo el compositor tico Pieter Schlosser, quien vive en Los Angeles y está especializado en música para películas y programas de televisión.
Ya en el cine, en conexión con público de todas las edades y clases sociales, Fantasía impactó almas alrededor del mundo. Para Schlosser, Fantasía rompió la “arrogancia” y “las barreras” que suponían esas obras, pues para apreciarlas había que acudir a un teatro o requerían información adicional para disfrutarlas.
Así, la onda expansiva de Fantasía llegó a Latinoamérica y, por supuesto, a tierras costarricenses. Marvin Araya, director de la Orquesta Filarmónica, era un niño cuando recibió el impacto del filme.
“Con Fantasía, Walt Disney cambió muchas vidas; incluso la mía. Con una animación sobresaliente y popular, la película mostró al mundo esa música que muchos no conocían”, recordó el director de la Orquesta Filarmónica.
Araya agregó que la cinta fue “un regalo de Disney”, ya que, en los años 40 y 50, “los discos de esa música eran difíciles de conseguir en nuestros países”.
“Esa música solo estaba reservada para personas con aparatos de reproducción especializados”, finalizó el maestro, quien destacó el poder del cine y su gran accesibilidad.
Reto y apuesta. Fantasía es un largometraje que los estudios Disney e strenaron después de Blancanieves y los siete enanitos (1937) y casi al mismo tiempo que Pinocho (1940), los primeros dos filmes de la historia de este poderoso estudio.
Aún en la actualidad no está claro el porqué, luego de tan sonados éxitos comerciales, Walt Disney se presentó al mundo con una propuesta tan distinta. ¿Por qué no contar otra historia de princesas? ¿Por qué no la aventura de otro muñeco? ¿Por qué agregar música “de élites” a un producto tan comercial?
No hay una respuesta para esas preguntas; solo se sabe que Disney hizo una fortísima apuesta y ganó.
Básicamente por dos razones, Fantasía fue un arriesgado experimento para la época: primera, la cinta no tiene diálogos y, segunda, no cuenta una historia en particular.
La trama de Fantasía se desarrolla en siete secuencias animadas, acompañadas por ocho obras musicales de gran calidad.
Interpretadas por la Orquesta de Filadelfia, dirigida en ese entonces por el maestro Leopold Stokowski, las ocho obras de Fantasía inspiraron toda la estética y las animaciones del filme.
Según Yoshua Oviedo, crítico de cine, la destacada sincronía entre música y animación nunca fue un problema para Disney, pues para ese entonces era más difícil lograr este efecto cuando la cinta tenía diálogos.
“En cambio, el ritmo de Fantasía lo lleva la música clásica. Las animaciones siguen la partitura y las diferentes melodías: ya sea si es un vals o algo más alegre”, explicó Oviedo.
Para este especialista, el principal valor de la película está en la conexión emocional con el público y su componente educativo.
“Gracias a lo que antes expliqué, sumado a la gama de color, no hay que ser un erudito musical para tener una conexión con lo que se está escuchando. Se logra así un vínculo emocional importante y un aprendizaje académico”, agregó Oviedo.
Con curiosas sombras chinescas de la orquesta de Filadelfia, Fantasía comienza cada una de sus secuencias con la intervención de un culto narrador.
Como si se tratara de una clase magistral que se fugó de las aulas, Fantasía educa sobre armonía y transforma todo ante los ojos de la audiencia. ¡Toca la orquesta y las animaciones se aferran fuertemente a sus melodías! El narrador deja claro que, cada secuencia del filme, tiene un sentido y una razón de ser dentro de esa unión.
“Cuando Ígor Stravinski compuso el ballet La consagración de la primavera, su objetivo fue, según sus propias palabras, expresar la vida primitiva. Así que Walt Disney y sus compañeros le han tomado la palabra”, introduce el narrador (Deems Taylor) antes de una de las secuencias.
“En lugar de presentar el ballet en su forma original, ellos (Disney y compañía) lo han visto como la historia del desarrollo de la vida en la Tierra”, agrega el relator, adelantando lo que a continuación veremos en imágenes.
Para complementar el interés por la película y su fascinante puesta en pantalla, temas mitológicos, prehistóricos y también de fantasía, se adueñan de cada una de las secuencias animadas. Dioses, dinosaurios, unicornios, hadas y decenas de personajes antropomórficas, le robaran suspiros en cada minuto del metraje.
“Sin duda, a nivel gráfico, Fantasía contó con un alto nivel de experimentación. El color, los trazos altamente realistas y la sincronización, fueron fruto de una ensalada de propuestas que, con el tiempo, influenciarían otras obras de Disney”, explicó John Timms, ilustrador tico que dibuja para productos de DC Comics y Marvel Comics.
Cada personaje y secuencia de Fantasía le llegará al alma, pero quizá no tanto como Mickey Mouse en la secuencia de El aprendiz de brujo . El adorable ratoncito –que para ese entonces tenía 12 años de haber sido– se convirtió en el alma de una película que nació por él y que se popularizó por él.
“Mickey es el símbolo de Disney, pero también de Fantasía ”, aseguró Edwin Schallert, de Los Angeles Times .
Así, bajo el hechizo de Mickey y luego de 75 años, Fantasía aún emociona. En cada minuto del metraje brilla Disney, asombra su aporte e impresiona su arriesgado pacto con la música.
“Es la maestría de Walt Disney llevada al límite. Fantasía es caviar, ambrosía y néctar para la inteligencia”, dijo el crítico Edwin Schallert , de Los Angeles Times .
No hay quien lo dude, Fantasía es una joya.
Disfrute de las ocho composiciones que conforman Fantasía, de los estudios Disney:
1) Tocata y fuga en re menor: La obra de Johann Sebastian Bach –escrita a principios del año 1.700 y originalmente para órgano– es ilustrada en Fantasía con dibujos animados de formas abstractas. En la pantalla, se ven luces de formas geométricas danzando en un cielo multicolor y lleno de nubes.
2) El cascanueces: Hadas, elfos, flores, orquídeas y copos de nieve, ilustran diferentes partes de la obra clásica de Piotr Ilitch Tchaïkovski, escrita en 1892. En Fantasía vemos animaciones representado La danza china, La danza de los mirlitons, La danza árabe y La danza rusa, entre otras.
3) El aprendiz de brujo: Con la composición de Paul Dukas (1899), sobre el poema de Johann Wolfgang von Goethe, hablamos de la secuencia más reconocida de Fantasía. Aparece Mickey, quien se se mete en muchos problemas al jugar de mago, hechizar todo lo que ve y no saber como controlarlo.
4) La consagración de la primavera: La obra de Igor Stravinski, de 1913, es representada con animaciones que nos hablan del inicio de la vida en la Tierra. Por eso, en dicha secuencia, veremos el espacio, lava, explosiones y dinosaurios.
5) Sexta Sinfonía: Dioses, ángeles y decenas de criaturas de la mitología grecoromana, ilustran la Sexta Sinfonía de Ludwig van Beethoven, compuesta en 1808 por el aclamado músico. La intensidad de la obra se traduce en imágenes afables en gran parte de la secuencia, pero también en escenas donde la ira de los dioses amenaza con destruir todo a su paso.
6) Danza de las horas: Se trata de una de las secuencias más divertidas de la película. En la Danza de las horas. ballet perteneciente a la ópera La Gioconda, de Amilcare Ponchielli, se ven hipopótamos, elefantes, avestruces y cocodrilos danzando con finura y mucho oficio. Al final, todo termina en un descontrolado baile.
7) Una noche en el Monte Pelado: Es un poema sinfónico del compositor ruso Modest Músorgski. La secuencia animada es oscura, pues ilustra demonios y brujos en una tenebrosa montaña. En la película, esta secuencia se une con el Ave María, de Franz Schubert.
8) Ave María: Después de la tormenta viene la calma. Luego de las tormentosas imágenes de Una noche en el Monte Pelado, Fantasía incluye en su secuencia final el Ave María, de Franz Schubert. La música suave, de tono espiritual, es combinada con una procesión de antorchas, las cuales se adentran en un tranquilo bosque y culminan perdiéndose en un bello amanecer.