Dentro del desastre que están resultando las secuelas en el cine, ahora tenemos la producción francesa Búsqueda implacable 2 (2012), dirigida por Olivier Megaton, donde el agente Bryan Mills, ahora retirado, debe salir otra vez a repartir mecos y balazos, ya no en París, sino en Estambul.
Se trata de la misma mona con distinto rabo y solo falta el rabo por desollar. En la primera, recuerden ustedes, el rabioso agente mató a diestra y siniestra porque unos tontos albaneses secuestraron a su hija. En esta secuela, ha llegado el momento de la venganza.
Cuando digo venganza, me refiero a la del padre de uno de los secuestradores del filme anterior. Este señor, con una cuadrilla de matones quiere matar a Bryan Mills. También quiere torturarlo. Ah, y también quiere secuestrar nuevamente a la hija del agente y, de paso, a la madre de ella.
Dicha mamá es la exesposa de Mills y el secuestro le va a servir, ya saben, para la reconciliación matrimonial. No sé si es buena receta, por si alguien intenta recuperar un matrimonio anterior.
Eso que les acabo de contar es toda la película. No me he guardado nada, para qué. Ahora sucede por las calles y techos de Estambul, a partes iguales: techos y calles. La historia es menos creíble que un discurso politiquero y, con sus distintas imágenes, resulta cada vez menos verosímil.
La película entera se resiente de su artificiosa construcción y de la debilidad de su propuesta y se divide, dentro de su debilidad narrativa, en dos partes: el agente primero rescata a la hija, le dice a la esposa que ya vuelve por ella (aquí me reí, disculpen). La esposa –golpeada y torturada– le dice que está bien y él se va.
Después de una persecución mal filmada, Mills deja a su hija, le da un besito y vuelve por su esposa. De nuevo, los espectadores vemos más golpes, artes marciales, bombazos y balazos. Uno nunca entiende de dónde salen tantos “malos” para enfrentarse de a poco con nuestro héroe tan paternal. En el filme, hay tantos “malos” como se necesiten para completar un metraje de 92 minutos.
¡Qué mala es Búsqueda implacable 2 con su trama alargada! Fotografía y música se apelotan. Actuaciones poco convincentes (¡ay! de Liam Neeson) y montaje fuera de órbita.
Alguien dijo: “Es una película estúpida realizada por gente inteligente que no es suficientemente inteligente para darse cuenta de que es estúpida” (Wesley Morris, crítico del Boston Globe ).