Murió Snape. Murió Hans Gruber. Murió el hombre que encarnó a estos y tantos otros personajes icónicos en la pantalla grande y en el teatro. La partida de Alan Rickman, la más reciente en un año que ya demuestra ser ingrato, llegó tras una larga batalla contra un cáncer. Tenía 69 años.
Nacido en el seno de una familia de clase trabajadora en 1946 y estudiante de la prestigiosa Academia Real de Arte Dramático, Rickman interpretó a menudo villanos.
En 1985 adquirió prominencia con el papel del confabulador aristócrata francés vizconde de Valmont en una aclamada producción de la Royal Shakespeare Company de Les Liaisons Dangereuses.
Sus personajes en el cine incluyeron al psicópata Hans Gruber, que atormentó a Bruce Willis en Duro de matar , en 1988; al difunto amante que consuela a su triste pareja en Truly Madly Deeply , de 1990; al retorcido sheriff de Nottingham en Robin Hood : Prince of Thieves , en 1991; y a un esposo obstinado en la comedia romántica de 2003 Love Actually .
Millones lo conocieron por las películas de Harry Potter, en las que dio vida al profesor de pociones y defensa contra las artes oscuras Severus Snape, que era el peor enemigo o el mejor aliado –posiblemente ambos– del niño mago protagonista.
Daniel Radcliffe, quien interpretó a Harry, dijo que Rickman “fue uno de los primeros adultos en Potter que me trató como un colega en vez de un niño. Trabajar con él en una edad de tanto aprendizaje fue increíblemente importante. Me llevaré las lecciones que me enseñó para el resto de mi vida y mi carrera”.
La autora de la saga de Harry Potter , J.K. Rowling, tuiteó: “No hay palabras para expresar lo impactada y desolada que me siento a enterarme de la muerte de Alan Rickman. Era un actor magnífico, un hombre maravilloso”.
Emma Thompson, quien actuó junto con Rickman en películas como Sensatez y sentimientos y Love Actually , lo reconoció por su “humor, inteligencia, sabiduría y amabilidad”, y lo calificó como “el mejor de los actores y directores”.
Mohammed Saghir, el verdadero sheriff de Nottingham, rindió homenaje a la versión de Rickman del famoso villano de Robin Hood. “Su sheriff era un personaje gloriosamente desagradable al que era fácil amar y odiar y que parecía divertirle mucho interpretar ”, dijo Saghir.
Los villanos de Rickman fueron memorables e incluyeron su representación como el “monje loco” Rasputin en la cinta biográfica de 1996 ganadora del Emmy.
Pero al mismo tiempo los papeles de Rickman fueron especialmente variados.
Incluyeron al honesto coronel Brandon en la versión cinematográfica de Ang Lee de Sensatez y sentimientos , de 1995, y al político irlandés Éamon de Valera en el drama histórico de 1996 Michael Collins .
Le inyectó conocimiento y diversión con su papel a la cinta de ciencia ficción Galaxy Quest , en 1999, y le dio un tono de tedio existencial a la comedia The Hitchhiker's Guide to the Galaxy , de 2005, como la voz de Marvin, el Androide Paranoide.

Solía trabajar en teatro y fue nominado al Tony por Les liaisons dangereuses , en 1987, y Vidas privadas , en 2002.
Rickman también estuvo del otro lado de la cámara. Dirigió y protagonizó junto con Kate Winslet el drama de época A Little Chaos , de 2014. También dirigió a Emma Thompson y a la madre de la actriz, Phyllida Law, en The Winter Guest .
Aunque era una persona encantadora, Rickman fue un actor riguroso.
Durante la filmación de Harry Potter mantuvo el aire arrogante y de desdeño de Snape incluso fuera de cámara.
“El animal en mi interior se apodera”, dijo Rickman a The Associated Press en 2011, cuando actuó en Broadway en la obra de Theresa Rebeck Seminar . “Uno trata de ser de lo más amable, pero no siempre es posible”.
Su fallecimiento sucedió apenas unos meses antes del estreno de sus últimas dos películas, Eye in the sky y Alice: Through the Looking Glass .
Le sobrevive Rima Horton, quien fue su pareja por 50 años y con quien se casó en 2012. Los detalles de su funeral no se dieron a conocer de manera inmediata.
Los fanáticos de Rickman lamentaron su fallecimiento a en todo el mundo, dolidos pero seguros de que no olvidarán su obra. Seguros también de que, como Severus Snape, cuando en el futuro les pregunten si todavía lo recuerdan, solo habrá una respuesta posible: “Siempre”.
