“Siempre fuiste mi espejo, / quiero decir que para verme tenía que mirarte”, escribió Julio Cortázar en el último verso de Bolero , un poema acerca de las imperfecciones del amor. De igual manera –y con el mismo romance–, Walterio Iraheta observa las calles y los rostros de Centroamérica para ver el reflejo de su identidad y trasladarla a sus obras: espejos de nuestra región.
Iraheta brinda una mirada a este juego de reflexiones en la exposición Escala de valores, que puede apreciarse en la Sala 1 del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC), ubicado en el CENAC, San José.
La muestra es variada en temas y formatos: instalaciones, videos, fotografías y dibujos representan a la Centroamérica del siglo XXI: un territorio caracterizado por grandes flujos migratorios dentro y fuera de la región, un consumismo que dicta la vida de las personas e índices de violencia que dañan poco a poco a la sociedad.
Escala de valores reúne cinco series de obras que Iraheta elaboró durante los últimos 10 años.
A pesar de ser una mirada hacia atrás, Walterio Iraheta es reacio a llamar “retrospectiva” a la exposición. “La muestra es un ejercicio de autodefinición, de mirar la recurrencia de ciertos temas e intereses que se repiten o mutan en mis piezas. Es algo bueno porque soy alguien muy hiperactivo y produzco muchas obras”, dice el artista, oriundo de El Salvador.
No es casual que la reflexión sobre los problemas sociales impere en las piezas de Walterio: en el 2011, la tasa de homicidios en El Salvador era de 68,5 por cada 100.000 habitantes, la segunda más alta de Centroamérica después de Honduras, según el Informe Estado de la Región 2013.
“Los artistas respondemos al contexto en que nos desarrollamos”, afirma Iraheta y añade: “Yo creo que el arte debe hacerse con responsabilidad social. Si no toco los problemas sociales en mis proyectos, siento que algo hace falta. Sin embargo, las obras que se preocupan solo por cuestiones estéticas también son válidas”.
La Centroamérica actual. Un tema que sobresale en la muestra es el de la migración. En Faraway Brother Style encontramos una serie de fotografías que plasman la forma en que las remesas cambian el paisaje arquitectónico de las zonas rurales centroamericanas. Las imágenes devienen de un proyecto multidisciplinar coordinado por la Agencia Española de Cooperación Internacional que involucró a antropólogos, arquitectos y fotógrafos.
“Entrevistábamos a familiares de emigrantes para entender cómo es que ellos mandaban el dinero a su país y la manera en que se construían las casas”, comenta Iraheta.
El artista explica que el propósito de las imágenes es parodiar a los libros que compilan fotografías de las lujosas tendencias arquitectónicas de ciudades como Nueva York y Londres.
La violencia es el motivo de Lluvia , una instalación elaborada con cuchillos de cocina que cuelgan del techo. “En esta pieza utilizo un elemento doméstico para decir que la violencia está a la orden del día. Cuando las personas salen a la calle, hay un sentimiento de inseguridad que pesa psicológicamente”, asegura Walterio Iraheta.
Artista en evolución. Cuando era niño, Walterio Iraheta se miraba al espejo y veía a un artista; sin embargo, esto no era tan claro para los demás. Su madre era cocinera y su papá mecánico. “Eran pocas las posibilidades de que en esa familia humilde surgiera alguien interesado en el arte, pero tuve la suerte de conocer a la gente indicada en el momento justo”, dice Iraheta.
Por medio de una beca, estudió dibujo y pintura durante la secundaria. Luego ingresó a la Universidad Dr. José Matías Delgado de El Salvador para estudiar diseño gráfico. Además, aprendió el arte del grabado en el Chicago Cultural Center de los Estados Unidos y en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda , en México.
La creatividad de Walterio Iraheta fue más allá de su formación, y, cuando volvió de México, decidió incursionar en la fotografía. “Si me interesa un medio, trato de entenderlo y conocerlo de la manera más detallada posible”, explica el artista.
Sus influencias son tan diversas como los métodos de expresión que utiliza. Destacan los estadounidenses Sol Lewitt y Robert Gober, y artistas latinoamericanos como Moisés Barrios, Gabriel Orozco y Regina José Galindo.
Curiosidad infinita. La curiosidad lleva a muchos lugares; el destino de Iraheta fue la antropología. Cuando vivió en Guatemala, Walterio tomó parte en exhumaciones que se realizaron en comunidades indígenas después de las masacres ejecutadas durante la guerra civil. La experiencia lo marcó a él y a su arte.
“Me gusta ir a lugares y extraer objetos que me puedan dar información acerca de las personas que lo habitan. Tomo fotografías de lo recolectado y con ellas construyo taxonomías”, comenta.
De este acaparamiento surge Tipología , una serie de 120 fotografías en alta definición de envases recolectados por Iraheta. “Estos objetos me ayudan a entender el consumo de la personas en el mundo actual. En mis últimas series, me he preocupado por reflexionar sobre los valores de la sociedad contemporánea”, afirma Walterio.
Otra forma de ver el consumo de la población centroamericana se encuentra en 1980 , una pila de afiches con la imagen de la túnica de monseñor Óscar Arnulfo Romero, el sacerdote salvadoreño que luchó por la defensa de los derechos humanos.
“Monseñor Romero es una figura de suma importancia en El Salvador. El propósito de la obra es incitar a la reflexión sobre el consumo de las imágenes religiosas en Centroamérica. Las personas pueden llevarse los afiches y ponerlos en sus casas”, explica Walterio Iraheta.
Además de hacer arte sobre Centroamérica, Walterio ama hacer arte con los centroamericanos. A menudo Iraheta viaja a comunidades a impartir charlas a adolescentes sobre los problemas de la región; luego recogen basura y materiales de reciclaje para elaborar obras en conjunto.
“Hacer este tipo de arte me gusta mucho. La pieza se construye de manera instintiva y acorde al contexto”, explica Walterio Iraheta.
El resultado de una de estas experiencias es Estrellas , un cúmulo de tapas viejas de envases que se elaboró en San Ignacio de Chalatenango, El Salvador. El artista asegura que la obra es una mirada a la forma en que se construye el paisaje en la sociedad postindustrial.
“Muchos dicen que el arte no cambia nada; yo estoy de acuerdo con eso”, declara Walterio Iraheta, quien nada más pretende reflejar a la Centroamérica del siglo XXI en sus obras. No obstante, a veces, una simple reflexión basta para poner las cosas en marcha.
Mírese en el museo. Escala de valores se ofrecerá hasta el sábado 16 de noviembre en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, ubicado en el CENAC, San José. Horario: de lunes a sábado de 9:30 a. m. a 5 p. m. Teléfono: 2257-7202.