Ciudad de México. DPA. El Museo Frida Kahlo anunció que culminó la restauración del 35% de su acervo tras un año de trabajo y el aporte financiero de $73.000 donados por Alemania.
El trabajo, realizado por restauradores mexicanos, permitió recuperar 185 piezas, entre las que se contaron esculturas en piedras del creador mexicano Mardonio Magaña, fotografías, pinturas de de Frida Kahlo, de Diego Rivera y algunas adquiridas por la pintora mexicana y que datan de los siglos XVII, XVIII, XIX y XX.
Entre las 12 obras restauradas de Kahlo están El marxismo dará la salud a los enfermos, que muestra a una Frida de pie, caminando, Viva la vida, una naturaleza muerta de solo sandías, y Paleta de colores.
También fueron restauradas algunas obras de Diego Rivera que pertenecen al museo en Coyoacán, un barrio de Ciudad de México, como La Quebrada, que reproduce un lugar emblemático de Acapulco, Paisaje con locomotora y El despertar.
Entre las distintas fotos restauradas se muestran una en la que se encuentra el general Augusto Sandino y otra en la cual aparecen juntos los revolucionarios mexicanos Francisco Villa y Emiliano Zapata.
Ayuda. El embajador alemán en México, Roland Wegener, dijo que el aporte para la restauración del acervo de Kahlo era una de las formas de conmemorar con México el bicentenario de la independencia y el centenario de la Revolución que se cumplen este año.
También manifestó que el apoyo era porque Frida Kahlo “es muy cercana a los alemanes, ya que su padre era alemán”.
El aporte alemán, junto con otros, según dijo Carlos Philips Olmedo, director del Museo, sirvió para construir una bóveda de conservación con todos los adelantos técnicos.
La bóveda, construida en el baño donde se encontraron luego de 50 años importantes documentos íntimos de los dos artistas mexicanos, cuenta con control de clima, humedad y luz, que garantizan una muy buena conservación de lo guardado.
Junto con las obras se restauraron “textiles”, como denominan a la indumentaria indígena que usó y coleccionó Kahlo a lo largo de su vida, así como manteles y carpetas.
La restauradora principal Mónica Baptista dijo que hubo que quitar humedad, suciedad y combatir el abandono, pero que “las obras ahora están para poder durar otros 200 años”.