Petén (Guatemala). Ana Elizabeth Centeno tiene 48 años y en 1998, a sus 31, quedó viuda y con cuatro hijos. Nunca se imaginó que el bosque en medio del cual vivía le generaría los recursos necesarios para sacar adelante a sus retoños.
Esta mujer es una de las 380 personas que integran la remota comunidad de Carmelita, localizada 85 kilómetros al norte de Flores, la cabecera del departamento de Petén, Guatemala.
Fundada en 1925, en medio de la selva tropical, como un campamento para la extracción del árbol del chicle ( Manilkara zapota ), esta comunidad sentó su dependencia económica en esa actividad y posteriormente en el cultivo del xate (palma de uso ornamental) y la pimienta de jamaica ( Pimenta dioica ).
Esa tradición se mantuvo muy arraigada por décadas en Carmelita y para muchos pobladores, como Ana Elizabeth, la idea de subsistir utilizando recursos forestales de manera controlada era descabellada.
Cuando ella enviudó ya estaba en ejecución un plan piloto de concesión forestal en la comunidad, aprobado por el Consejo Nacional de Áreas Protegidas de Guatemala (Conap).
Dicho modelo permite a los pobladores aprovechar los recursos del bosque bajo un esquema de manejo sostenible.
Ellos mismos extraen, procesan y comercializan productos maderables y esto les genera recursos económicos, entre otros beneficios. Ana Elizabeth es hoy una de las socias más activas de la Cooperativa Integral de Comercialización Carmelita, la cual agrupa a 215 socios, de los cuales el 55% son hombres y el 45% mujeres .
Las certificaciones para los productos maderables son emitidas por la organización no gubernamental internacional Rainforest Alliance, el principal certificador mundial de operaciones comunitarias e indígenas, de acuerdo con los estándares del Consejo de Manejo Forestal (FSC).
¿Cómo funciona? Carmelita forma parte de la Reserva de la Biosfera Maya creada en 1990 por el Gobierno guatemalteco y que comprende 2,1 millones de hectáreas. Se divide en varias zonas, cada una de ellas con un régimen de protección específico.
En las llamadas zonas de amortiguamiento opera el sistema de concesiones forestales.
La Cooperativa de Carmelita administra un área total de concesión de 53.797 hectáreas, de las cuales 20.000 son destinadas al manejo forestal.
El gerente regional del Programa Capacitación, Extensión, Empresas y Fuentes (Trees, por sus siglas en inglés) de Rainforest Alliance, José Román Carrera, explicó que cada acción ejecutada, desde el bosque hasta obtener el producto final, es rigurosamente monitoreada por auditores de las certificaciones.
Los árboles por talar están debidamente mapeados y, además, se ajustan a un diámetro mínimo de corta que en el caso de Carmelita es de 55 cm para cedro y caoba y 45 cm para otras especies. Las “bacadillas” (espacios temporales o patios de acopio en medio de una finca donde se apilan los troncos) no son escogidos al azar. “Deben medir como máximo un cuarto de hectárea y luego de que finaliza la operación se debe regenerar ese espacio con la siembra de árboles”, explicó Carrera.
Las especies maderables que se aprovechan en los bosques de Carmelita son: santamaría, pucté, danto, cedro, caoba y manchiche.
La extracción de la madera en el área de manejo forestal (las 20.000 hectáreas) también es planificada.Según explicó Carrera, el área se divide en 8 cuadrantes de 2.500 hectáreas denominados Áreas Quinquenales, y estas, a su vez, se subdividen en 5 denominadas Áreas Anuales de Aprovechamiento que equivalen a 500 hectáreas, que es donde se realizan la cortas de los árboles.
Antes de cualquier jornada de tala controlada, los expertos hacen un trazado y localizan en un mapa y en el campo los árboles que se cortarán. A cada árbol se le asigna un número que queda inscrito en la base del árbol (lo que queda después de talado) y en el tronco.
La extracción es solo una de los eslabones de la cadena de aprovechamiento de la madera.
En el año 2003 se fundó la Empresa Comunitaria de Servicios del Bosque (Forescom ), con el propósito de apoyar los proyectos de las comunidades con concesión forestal de la Reserva de la Biosfera Maya.
Actualmente, la empresa ofrece productos de madera certificada por Rainforest Alliance, así como servicios técnicos y de comercialización a 9 organizaciones comunitarias locales socias, entre ellas Carmelita.
El supervisor de producción, Julio Saeta, dijo que la empresa provee diversos servicios para procesar productos maderables como secado al horno, moldurado, perfilado y dimensionado(madera cortada con dimensiones específicas que se utiliza para vigas, columnas y estructuras).
También ofrece servicios de regencia forestal para supervisar los planes de manejo.
Tanto Saeta como Carrera destacaron que todas las órdenes de producción se realizan contra pedido, de modo que se asegura la comercialización de todos los productos.
El asociado senior del programa forestal de Rainforest Alliance, Jorge Cruz, detalló que para el caso de Carmelita, del 100% de ingresos por concepto de aprovechamiento sostenible de los bosques el 30% se destina a inversión social (salud, educación), el 30% es para beneficios económicos para los asociados y el 40% para inversiones productivas (maderables y no maderables).