Más de 310.000 motociclistas circulan en las calles de Costa Rica sin poseer la licencia tipo A, necesaria para manejar vehículos motorizados de dos ruedas.
Así lo indican los resultados de la Encuesta Actualidades 2016, realizada por la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica.
El 18,7% de la población utiliza una motocicleta para transportarse, y de ellos, más de la mitad (53%) admitió no tener licencia de conducir.
El estudio se realizó analizando datos de 1.059 entrevistas cara a cara con costarricenses mayores de 18 años en todo el país, y tiene un margen de error del 3%.
Según Mario Calderón, director de la Policía de Tránsito, es “recurrente” para los oficiales de la entidad detener a motociclistas sin licencia, “sobre todo en vista de que la ley es permisiva y dice que se permite a conductores utilizar, en vías secundarias y otras, motocicletas con la licencia B1 (de automóviles)”.
Por ello, Tránsito trabaja en modificar la ley, que se encuentra en debate en la Asamblea Legislativa.
Mientras tanto, Calderón reveló que en enero de este año Tránsito retiró de circulación 847 motos y levantó las placas de 1.789 más, por problemas como falta de licencia, marchamo o alguna otra característica propia de las motocicletas.
“Todo conductor de motocicleta debe de tener una licencia”, alega Calderón, quien aboga por que los motociclistas no solo necesiten la licencia para conducir, sino también una capacitación “donde se les enseñe realmente la conducción de estos vehículos”.
En todo el país. El estudio de la UCR detectó que el 29,6% de los hogares costarricenses tiene al menos una motocicleta en casa; de ellos, la mayoría son de zonas rurales (44,3%) y casi una tercera parte (31,8%) viene de un nivel socioeconómico bajo.
Según el Sistema de Acreditación de Licencias del Consejo de Seguridad Vial (Cosevi), en Costa Rica hay registradas 434.921 licencias para conducir motocicletas.
En contraste, si los números de la encuesta reflejan la realidad nacional, hay casi 600.000 conductores de motocicleta en todo el territorio, lo que de igual manera revelaría que hay un amplio grupo de motociclistas sin licencia.
De los hogares consultados con tenencia de motocicletas, un 16% manifestó que en los últimos dos años ha sufrido al menos un accidente en ese vehículo, y un 17% del muestreo general alegó que ha considerado comprar una moto durante el último año.
El auge de las motocicletas en nuestras carreteras parece ser innegable para el 97% de los 1.059 hogares consultados, mientras que el 93% considera que también ha aumentado la cantidad de accidentes en vehículos de dos ruedas.
Imprudencia en carretera. La mitad de los ciudadanos señala que los motociclistas suelen ser imprudentes, el 62% cree que irrespetan los límites de velocidad, y muchos opinan que manejan en estado de ebriedad y no usan casco de protección.
“Como parte de la encuesta, nos dimos cuenta de que la gente apoya el uso de la motocicleta como una medida para el descongestionamiento vial, pero que esta misma gente también piensa mal de los motociclistas” afirmó Rodrigo Araya, investigador de este estudio.
Esto va de la mano con datos suministrados por la Policía de Tránsito en la recta final del 2016, cuando se detalló que el año pasado murieron 180 motociclistas en carretera, cifra que representa el 43% de todas las muertes por accidentes viales.
Asimismo, según datos del Instituto Nacional de Seguros (INS), los accidentes en los cuales se vieron involucrados motociclistas aumentaron un 58% durante el 2016 en relación con el 2015.
Por la atención de estas emergencias, esa entidad tuvo que desembolsar ¢31.200 millones el año anterior, frente a los ¢16.900 invertidos en el 2015. Esa diferencia representa un incremento del 85%.
“Creo que parte de lo que ha influido es que hay una comercialización masiva de motocicletas y que la gente las compra sin tener la licencia”, comentó Cindy Coto, directora ejecutiva del Cosevi.
En el 2016, a la altura de octubre, el conteo de nuevos motociclistas en las calles se acercaba a los 17.000, según datos del Ministerio de Obras Públicas y Transportes.
“Si usted va a adquirir cualquier vehículo, lo primero que tiene que estar es acreditado para conducirlo; es el proceso normal”, recordó Coto.