
San José
"Las plazas que no sean indispensables para la prestación de los servicios serán suprimidas". Así de clara es la directriz de la Presidencia Ejecutiva del Grupo ICE a todos los gerentes del Instituto Costarricense de Electricidad y de subsidiarias.
La orden es identificar dónde sobra personal y proceder a reubicarlos en otras áreas y, si no es posible, despedirlos. El texto, titulado Política de racionalización y optimización del recurso humano de las empresas del Grupo ICE, fue distribuido la semana pasada y ayer a los funcionarios.
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La Presidencia Ejecutiva autoriza a los gerentes de área a iniciar los procesos de reubicación de los empleados que consideren necesarios o seguir con la "desvinculación laboral" para lograr ahorro. Además, la entidad afirma que impulsará otras acciones tendientes "a la debida asignación de roles y responsabilidades, a evitar duplicación de funciones y a asegurar su cantidad óptima para dicha gestión; todo ello, ante la necesidad de buscar un redimensionamiento de los costos de operación para asegurar la sostenibilidad financiera".
Del mismo modo, la Administración hizo un último llamado a sus colaboradores a analizar la opción de la movilidad voluntaria. La fecha límite para hacerlo, indica el texto, es el 31 de agosto.
En este último lapso para renunciar puede participar cualquier trabajador fijo, sin importar el tiempo laborado.
El incentivo es el pago de los ocho años de cesantía, más tres salarios calculados según el promedio percibido en el último año. La única limitación es para trabajadores próximos a pensionarse o con requisitos cumplidos de jubilación.
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La empresa inició en el 2012 un primer plan de movilidad laboral para disminuir el peso de la planilla en sus finanzas.
En enero de este año, retomó otro proceso bajo el nombre Prioridades de la gestión de talento humano para 2016, el cual, según la misma entidad, no se ejecutó ante los resultados de procesos anteriores. Por ello vio necesaria esta última convocatoria.
Estimulando salida. Durante estos cuatro años, el Grupo ICE aumentó en 2,5 veces el incentivo salarial otorgado a empleados en propiedad que opten por irse por su propia cuenta. En el último proceso, se retiraron 405 funcionarios, quienes tenían 20 años o más de laborar en el ICE. A ellos se les canceló un total de ¢22.484 millones; es decir, ¢55,5 millones en promedio por persona.
El Instituto, cerró el 2015 con 14.782 empleados mientras en el 2011, tenía 16.757 (una baja del 12%). Sin embargo, esta planilla no incluye personal en proyectos constructivos. A febrero tenía, entre ambas poblaciones, 20.000.
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La necesidad de revisar el costo de su operación se dio tras la apertura del mercado de telecomunicaciones. Desde entonces, viene en un proceso de recortes. En el 2014, las pérdidas ascendieron a ¢106.376 millones, según estados financieros que incluyen el ICE, Compañía Nacional de Fuerza y Luz, Radiográfica Costarricense y Cable Visión.
En el 2015, las pérdidas disminuyeron pues la cifra fue de ¢11.437 millones.
Recientemente, la Contraloría General de la República denunció la imposibilidad de hacer una auditoría para conocer la salud de las finanzas del ICE pues la entidad no le daba los datos necesarios.
Fabio Chaves, coordinador del Frente Interno de Trabajadores, rechazó la posibilidad de despidos. Según él, así se lo manifestaron al presidente ejecutivo, Carlos Obregón, el miércoles. "Es una política de supuesta eficiencia pero en realidad son despidos solapados. Es bajar la planilla con una movilidad casi forzosa".
Ottón Solís, diputado del Partido Acción Ciudadana, aplaudió el esfuerzo del ICE. "Ojalá se queden las personas que lo merecen y sean otras preseleccionadas quienes se vayan". Rolando González, de Liberación Nacional, apoyó la búsqueda de ahorro, pero insistió en la necesidad de justificar con estudios técnicos los despidos.
