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Las cerchas para sustituir el casi centenario puente de hamaca que se desplomó ayer sobre el río Grande de Tárcoles están embodegadas desde hace siete años en el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT).
La ministra, Karla González, admitió que se compraron para remplazar al menos cuatro puentes colgantes que se encuentran en mal estado, incluido aquel entre Turrubares y Orotina.
La funcionaria agregó que están investigando por qué las piezas no se utilizaron antes.
“Estamos revisando cuál ha sido la prioridad durante esos años de colocación de esos puentes, para verificar si ha habido negligencia por parte de departamentos específicos del Consejo Nacional de Vialidad o del MOPT”, dijo.
González indicó que fue en el 2008 cuando se completaron las expropiaciones para construir el nuevo puente.
María Ramírez, directora de puentes del MOPT, también reconoció que la licitación para erigir la estructura todavía no ha salido a concurso.
Ese concurso estaría previsto para finales del 2009 y María Ramírez alegó que si no se hizo antes fue por falta de presupuesto.
Mientras tanto, el Ministerio prometió instalar un paso temporal, tipo Bailey , que estaría en operación en tres semanas.
El viejo puente de hamaca tiene 89 años en funcionamiento; se levantó durante el Gobierno de Julio Acosta García (1920-1924).
En sus orígenes tenía capacidad para soportar nueve toneladas.
Luego, el MOPT lo reconstruyó en 1974 (54 años después de su construcción) y lo reparó en el 2002. Desde entonces no hay más reportes de mantenimiento.
Luego, en el 2006, el MOPT le rebajó la capacidad de carga a 4 toneladas, en la misma época en la que un informe del ingeniero Mario Muñoz advirtió que el puente era “obsoleto” y requería “ adecuación estructural”.
Según González, pese a esa advertencia, “el puente tenía todas las restricciones necesarias para que evitar el colapso”, si se respetaban las limitaciones de carga
