“No existe el derecho a tener hijos, sino el derecho del hijo a ser procreado, en el respeto de su dignidad”.
Con ese argumento, José Rafael Quirós, arzobispo de San José, insistió en la oposición de la Iglesia a que se permita realizar la fertilización in vitro (FIV) en Costa Rica.
Esa postura la mantiene ante el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), que esta semana le ordenó al Estado reanudar la aplicación de la técnica.
“(...). Sus derechos estarían en riesgo de daño irreparable, en vista de la imposibilidad de acceder al tratamiento FIV”, dijo el tribunal internacional sobre las seis parejas con problemas de infertilidad que tramitaron la demanda contra el país.
La Iglesia sostiene que en la FIV se considera a las personas como “cosas”, por lo que no es justificable su uso.
Las críticas se concentran en torno a la manipulación genética, la congelación de embriones y su uso para las investigaciones científicas, “por lo que una decisión judicial no cambia el que dicha técnica siga siendo inmoral”, expresó Quirós en un comunicado de prensa.
Como medida de oposición, la Iglesia aseguró que “formará las conciencias de sus fieles” contra la visión, según dice subjetiva, que supone la satisfacción de tener un hijo mediante el uso de técnicas artificiales, como la FIV.