Fernando Llorca Castro tenía 12 años de vivir en Europa cuando lo llamaron para desempeñar el cargo de viceministro de Salud.
Este escazuceño no se imaginaba que, pocos meses después, se sentaría en la silla de ministro por la renuncia de María Elena López, en febrero anterior.
Casado y con dos hijos, Llorca, de 43 años, quiere que el Ministerio de Salud recupere rectoría y autoridad. Este es un resumen de la entrevista del 11 de mayo.
Rectoría. Ese es el gran reclamo que se le hace al Ministerio de Salud tras una reforma al sector inconclusa. ¿Cómo ve esa función básica del Ministerio?
Se ha dicho que el Ministerio quedó muy debilitado desde el punto de vista de capacidad técnica y operativa para ejercer la rectoría, y es cierto en alguna medida. Inclusive, se ha dicho que su capacidad legal algunas veces también está limitada.
”Hemos empezado con algunas acciones concretas. Estamos capacitando, por ejemplo, a 70 personas en una maestría en epidemiología. ¿Por qué? Porque uno de los grandes problemas que hemos tenido es la recopilación de la información. Pero esa información hay que procesarla, interpretarla. Tiene que ver con esa capacidad técnica.
”Cuando empecemos a demostrar que podemos ser capaces de no solo ser bancos oficializadores de datos, e ir más allá, con observatorios de distintos problemas, estoy seguro de que el Ministerio va a ejercer una mejor rectoría que la que se pueda diseñar con una reforma a la ley.
”Estamos convencidos de que la rectoría, al final, implica una autoridad técnica, pero que también debe ganarse el respeto de las instituciones”.
¿Para usted, qué es rectoría?
Es demostrar que hay problemas, con evidencia; ser capaces de analizar esa evidencia y proponer soluciones desde el punto de vista técnico. No solo la parte científica, sino en materia de derechos humanos, de impacto en la salud pública.
Por ejemplo, fertilización in vitro. ¿Qué debería hacer un ministerio rector en este caso?
Lo ideal es que exista una ley. Si esa legislación no se llega a aprobar porque no hay una intención clara en la Asamblea Legislativa, el Ministerio debería analizar otras opciones.
¿Cuánto tiempo va a dar el Ministerio para esto?
No le sabría decir, pero deberíamos actuar pronto y emitir opinión. Yo creo que la posición sería analizar otras acciones y ver qué posibilidades hay de que, por vía decreto, se pueda plantear alguna solución, con evidencia, análisis claro de la realidad nuestra y planteando soluciones que sean razonablemente válidas en nuestro contexto, en un marco de derechos humanos.
¿Qué planea hacer para fortalecer la relación con la Caja y ejercer la rectoría?
La fórmula es la misma: desarrollar capacidad técnica. El Ministerio debe ser capaz de rescatar la evidencia y proponer soluciones ante los distintos problemas.
”Por ejemplo, la Caja viene saliendo de una crisis financiera. Una de las cosas a las que me estoy abocando es al desarrollo de un proyecto de cuentas nacionales de salud.
”Lo estamos coordinando directamente con OPS-OMS, con fondos del Fondo Global. Esto sirve mucho para la planificación y la toma de decisiones. Saber por dónde entra el dinero, por dónde va, poder describir esas cascadas financieras nos servirá para toma de decisiones.
”El dinero debería seguir a los problemas del paciente y no necesariamente es así en nuestro sistema. El papel del Ministerio será desarrollar esas cuentas, y eventualmente proponer soluciones.
”Esa sombrilla de rectoría siempre debe cubrir al sector público y al sector privado. Ese es otro de los problemas históricos que hemos tenido”.
¿Cuándo van estar las cuentas nacionales?
Es un proyecto que está calculado a dos años. El próximo año deberían estar publicadas.
La salud pública desde lo privado. ¿Cuáles son las medidas concretas para el cambio de enfoque que usted busca?
Dos ejemplos concretos. El sector privado, se nos suele olvidar, se ha desarrollado mucho. Está teniendo una amplia participación. Quedó clarísimo con la crisis en trasplantes que no solo hubo ausencia de rectoría sino que hubo ausencia de Ministerio. En una actividad tan de interés público como muchas otras, aunque se haga en instituciones privadas. Y esto es un claro ejemplo de lo que hay que corregir.
”Otro ejemplo, es la investigación médica. No puede ser posible que en Costa Rica, por pasivos y fallos en la ley, existió en términos de temporalidad un hoyo negro donde no hubo investigación durante no sé cuánto tiempo”.
Fueron cinco años.
Absolutamente inconcebible. No puede ser que un país como Costa Rica haya quedado en una situación así. Se aprobó la ley y me tocó firmar el reglamento, que ya está en Casa Presidencial.
La calidad de los servicios privados también está a la libre.
Sí, no puede ser. Es cierto, el Ministerio da permisos de funcionamiento, pero no regula. Volvemos otra vez a esa ausencia de control efectivo.
¿Usted reconoce que hay ausencia de control?
Sí, yo me atrevo a decir que sí. Y tenemos que trabajar en la línea que corrija esto.
¿Esto está a la libre?
La actividad de los profesionales la regulan los colegios. Pero, hay vacíos. Le pongo el ejemplo de los trasplantes: había directores de centros privados que decían que no sabían que eso se estaba haciendo, que ellos solo alquilaban la sala. En Estados Unidos es impensable que un director médico diga eso. Una cosa es que haya poca regulación, y otra es que haya ausencia de Ministerio. El compromiso para este año es incorporar al sistema de salud al sistema nacional de calidad vigente liderado por el Ministerio de Economía.
La gente reclama un ambiente saludable, la provisión de medicamentos e insumos de salud.
Si el Ministerio y el sector salud desarrollan esa capacidad técnica y se ganan ese respeto, van a ejercer una rectoría con propiedad y autoridad.