La ceremonia de canonización de los papas Juan Pablo II y Juan XXIII del próximo domingo en el Vaticano, es un rito sencillo incluido dentro de la misa dominical correspondiente al segundo domingo de Pascua.
Así lo explicó el canciller de la Curia metropolitana, Daniel Blanco, quien informó que previo a la misa se leerá una biografía breve de ambos papas, luego se cantará el himno compuesto para cada uno y se rezará la coronilla de la Divina Misericordia, ya que ese día se celebra esa festividad instaurada por el papa Juan Pablo II.
A las 10 a. m. se inicia la misa (2 a. m. hora de Costa Rica) en la que se sustituyen los ritos iniciales. La misa inicia con el canto de las letanías de los santos, luego el cardenal encargado de la causa de los santos, junto con los encargados de cada uno de los papas postulados, le solicitan al papa Francisco la inscripción de Juan Pablo II y Juan XXIII en el Libro de los Santos.
El papa Francisco responderá con una fórmula de canonización en latín donde los proclama santos y establece para toda la Iglesia que se les puede rendir culto público, explicó el presbítero Daniel Blanco.
Desde que la misa comienza, aparecen en la Plaza de San Pedro los lienzos con las imágenes de ambos papas. Se trata de las imágenes oficiales para el culto, las cuales fueron develadas años atrás, en las ceremonias en las que se les proclamó beatos.
Una vez que el papa Francisco los proclama santos, hacen ingreso las reliquias de los santos. En el caso de Juan Pablo II, serán entregadas al papa por la costarricense Floribeth Mora, cuya curación de un aneurisma constituyó el segundo milagro en la causa del citado pontífice. Será un tubo con la sangre que poco antes de su muerte se extrajo al papa para fines médicos.
En el caso de Juan XXIII será, como es usual en otras causas, una pequeña parte que se le extrae de un fémur, que es el hueso más largo del cuerpo.
Acto seguido, se canta el himno del gloria y la misa continúa de manera normal.
La eucaristía será concelebrada con todos los obispos que asistan.
La fecha para la memoria litúrgica de Juan Pablo II será el 22 de octubre, según lo dispuso el papa Benedicto XVI, a quien correspondió elevarlo a los altares como beato.