No están dispuestas a aceptar el papel secundario, de relleno ni de pose. No quieren ser “las vices”, “las misses ” o las encargadas de “lo social” en los ayuntamientos.
No quieren ser la buena mujer que suaviza la imagen dura del candidato ni admitir como obligación hacer el arroz con pollo del día de las elecciones.
El afán de las mujeres políticas es otro ahora, 65 años después de que un referendo en el distrito La Tigra (hoy del cantón San Carlos) abrió por primera vez una urna electoral a las mujeres, pese a que entonces debían vestirse como varones.
Aunque el entorno cultural sigue excluyente contra las mujeres, como señala el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), reformas legales y campañas informativas intentan equiparar la participación y mejorar al menos la cifra del 2010: 71 alcaldes y solo 10 alcaldesas.
No son estas cifras aceptables para una población que es mayoritaria en el padrón electoral (hay 7.800 mujeres más que hombres) y que, además, desde 1994 participa en mayor volumen en todas las elecciones (en el 2014, ellas se abstuvieron en un 28,7%, y ellos en un 34,8%).
Por eso, el TSE se unió , en esta ocasión, al Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) y mantienen una campaña en televisión. “ Será una nueva oportunidad para que los partidos políticos cumplan con la igualdad y que esas mujeres, que ya lideran sus comunidades, ocupen el puesto que les corresponde. Salgan a buscarlas ”, dice el corto.
Los partidos dedican el mes de agosto a ratificar las candidaturas oficiales con que competirán en la jornada del 7 de febrero en los 81 cantones del país.
El TSE intenta evitar que se repita la desproporción de siete hombres por cada mujer en puestos de alcaldías. También quiere impedir un retroceso como el de la Asamblea Legislativa en el 2014, que pasó del 40% de escaños femeninos al 33%.
“A pesar de las leyes para establecer cuotas y para la paridad, la tendencia cultural sigue siendo excluyente. La inercia patriarcal otorga a los hombres los cargos de más responsabilidad”, comentó Hugo Picado, vocero del TSE.
La presidenta del Inamu, Alejandra Mora, dijo que la exclusión se manifiesta en la disposición de tiempo para participar en política. También criticó el cobro de altos montos para inscripción de candidaturas, pese a que suelen ser los varones los que deciden el uso del dinero del hogar.