Apenas escuchó en los noticieros locales sobre el tiroteo en un club gay en Orlando, Florida, y que se necesitan donantes de sangre para los 53 heridos, la costarricense Yorleny Meléndez atendió inmediatamente el llamado.
Ella, quien tiene siete años de vivir en esa localidad en Estados Unidos, fue junto a su esposo al banco de sangre Oneblood, donde describe que habían enormes filas de ayuda, que en general, la población se mantiene tranquila y que la seguridad en la zona es "muchísima".
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Según relata Meléndez, allí también se hicieron presentes otros ciudadanos que llegaron con alimentación para los donantes.
"La gente está muy conmocionada, ya yo estoy dentro del edificio (del banco de sangre), pero cuando estaba afuera eran carros de carros llegando con agua, cajas de snacks, comida, donas y pizza. Muchas cajas de agua, mucha comida, de todo está trayendo la gente para que podamos comer los que estamos haciendo fila, porque son muchísimas las personas, la comunidad y el país en general, está muy conmocionado", dijo Meléndez.
Al final, según cuenta, era tanta la gente en el banco de sangre que tuvieron que despachar a la mayoría, sin poder donar.
"Mandaron a todo el mundo para la casa, ya se había logrado recaudar la sangre que se necesitaba, seguro me van a llamar entre semana, eran demasiadas personas, eso sí, todos vamos llenos porque era mucha comida y líquidos", añadió.
A las 2 a. m., en el momento que se reportó el tiroteo, Meléndez quien es niñera, se encontraba en su casa, a unos 45 minutos de la discoteca Pulse, en pleno centro de Orlando, donde un hombre identificado como Omar Siddique Mateen, abrió fuego con un arma automática.
Al menos unas 50 personas fallecieron debido al ataque, la mayor matanza en Estados Unidos desde los atentados del 11 de setiembre del 2001.
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"Yo paso por ese club todos los días de camino al trabajo, el lugar en sí, si usted lo ve por fuera se ve lindo, elegante, tiene palmeras afueras, un rótulo bonito, todo es como negro, da como un estilo de mucha elegancia", describió la nacional.
Agregó que ella no tiene conocidos fallecidos o heridos por el tiroteo y que tampoco sabe de ticos que estuvieran en la discoteca, a la hora del ataque.
La Cancillería costarricense informó este domingo, que de momento no había noticias de costarricenses afectados por la tragedia y que el cónsul general en Miami, Rodolfo Rodríguez, ya se había puesto en contacto con la Asociación Costarricense en Orlando, ante cualquier novedad.
En Miami hay 12.000 costarricenses registrados en el padrón consular.
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