Un grupo de 22 migrantes africanos planeaba burlar los controles fronterizos de Costa Rica y Nicaragua atravesando Bahía Salinas, desde Puerto Soley.
La información fue dada por los mismos migrantes, quienes fueron persuadidos de desistir por el ministro de Comunicación, Mauricio Herrera.
“Ellos nos dijeron que nos llevaban a Honduras. Nos dijeron que primero nos llevaban a San Juan del Sur a una casa de un narcotraficante”, relató a La Nación el líder de los migrantes, identificado como Mama Dou, de 25 años de edad.
El plan, según contó Mama Dou, era salir por la noche en lanchas hasta San Juan del Sur, en Nicaragua, a unos 20 kilómetros de Bahía Salinas.
En ese lugar, les iban a dar albergue en la finca de un traficante de drogas al que no identificaron, y de allí, los trasladarían en otra embarcación hasta las costas hondureñas.
Ahora, mama Dou afirma que están en un problema, pues los pescadores de Playa Soley les habían pedido un adelanto de $600 a cada uno para hacer el viaje, y no tienen cómo recuperar el dinero.
“Ahora, nadie de la playa de Puerto Soley quiere que nos quedamos aquí, y ahora no tenemos dinero, no podemos comer ni podemos bañarnos, y ahora quieren que nos vayamos de aquí”, dijo.
Este diario dio a conocer el miércoles la ubicación de los migrantes en el sector conocido como Playa Soley.
Un día después, el ministro de Comunicación, Mauricio Herrera, llegó a convencerlos de que el viaje sería infructuoso, sin embargo, los migrantes no informaron del pago a los pescadores.
Al respecto, el ministro Herrera insistió en la inconveniencia de que los migrantes se pongan en manos de coyotes, ya sea en tierra o en mar.
“La Fuerza Pública se mantiene vigilante para impedir las actividades del tráfico dse personas y el gobiero reitera la peligrosuidad que implica para los migrantes aceptar ser trasladados por coyotes, no solo porque corren el riesgo de ser estafados, sino porque corren el riesgo de ser usados para el tráfico de drogas en otros países, a demás del riesgo de que el barco se hunda”, dijo.
Sin embargo, los migrantes dicen sentirse frustrados y estafados por los pescadores que no les han devuelto los $600 que dicen haber adelantado.