La Fuerza Pública detuvo esta tarde a siete migrantes del grupo de africanos que presionan por pasar a Nicaragua, en su intento de continuar su camino hacia los Estados Unidos.
La Fuerza Pública detuvo este jueves a siete migrantes del grupo de africanos que presionan por pasar a Nicaragua, en su intento de continuar su camino hacia los Estados Unidos.
Los extracontinentales protagonizaron un zafarrancho en la línea limítrofe de Peñas Blancas y, de forma violenta, un grupo de cerca de 50 trató de ingresar a territorio nicaragüense.
No obstante, miembros de la Policía Nacional y del Ejército de ese país los repelieron.
La tensión subió cerca del mediodía, cuando la Fuerza Pública trató de poner orden, ante los gritos y el bloqueo de la vía pública por parte de los manifestantes.
Molestos, la emprendieron contra los oficiales costarricenses, que estaban protegiendo el lado tico de la frontera.
Basureros lanzados al suelo, piedras y palos contra los oficiales de policía, y escudos quebrados, dejaron como saldo dos oficiales heridos y siete migrantes detenidos.
En medio de la disputa, el paso por la carretera que une a ambos países se vio bloqueado en al menos dos ocasiones.
"No se va a permitir ninguna alteración del orden público", dijo el ministro de Comunicación, Mauricio Herrera, al confirmar la situación. Las autoridades no suministraron la identidad de los aprehendidos.
Los foráneos presionaban para que las autoridades nicaragüenses les den libre tránsito, en un viaje que empezó en distintas naciones africanas y que, de la mano de traficantes de personas, los dejó a la deriva en suelo costarricense.
En un comunicado, el Ministerio de Seguridad Pública (MSP) se pronunció sobre la actuación de los policías ticos.
"Luego de tres avisos para que levantaran el bloqueo y permitieran el libre tránsito, la Fuerza Pública tuvo que actuar para garantizar el paso que mantenían bloqueado desde horas atrás", destacó la nota.
Libre tránsito. El 13 de abril, la Dirección General de Migración y Extranjería empezó a emitir cambios de medidas cautelares para estos migrantes, que se cuentan en cerca de 1.200, según las autoridades migratorias.
Por otro lado, la barrera que levantó Nicaragua se ha vuelto infranqueable para ellos.
Esto ha aumentado los casos de coyotaje, a uno y otro lado de la frontera. Aunque, en la mayoría de los casos, el resultado es una expulsión de Nicaragua, los foráneos insisten en esta vía.
Las protestas en el puesto de Peñas Blancas han venido en aumento conforme se incrementa la desesperación de los centenares de migrantes que, día y noche, siguen a la intemperie con la idea de que los dejen pasar.
Geremy Lebrice, un joven de 32 años que dice tener dos meses en el país, afirmó que están desesperados y sin dinero, y que este fue un factor que desencadenó el altercado con la Policía.
Por su parte, el Ejército nicaragüense mantiene decenas de efectivos armados en su lado de la línea fronteriza, prestos para responder a cualquier irrupción de los extranjeros.
El ministro Herrera enfatizó en que se tomarán las medidas necesarias para frenar los actos de violencia y vandalismo, los que no hacen más que aumentar la tensión entre los Gobiernos de Nicaragua y Costa Rica.