El partido de izquierda que asustó a un sector de la población en las elecciones pasadas, Frente Amplio, celebró este fin de semana sus 10 años de vida con un sentimiento de haber alcanzado la madurez.
Con unas 600 personas agrupadas en una sala de cine de San José, autoridades y seguidores de la bandera amarilla festejaron durante la misma semana en que se cumplieron dos años de la muerte de su fundador, el exdiputado José Merino, y ocho meses después de celebrarse los comicios que les permitieron sumar nueve diputados después de tener uno solo, José María Villalta.
El fallecimiento de Merino y la ausencia de Villalta en el Congreso parecen haber ayudado a que el Frente Amplio emprenda sin padrinazgos su objetivo de liderar el combate al neoliberalismo, como repitieron en su celebración.
“Estamos llegando a la adultez”, dijo ayer Patricia Mora, presidenta de la agrupación, diputada, viuda de Merino y heredera del comunismo, una de las corrientes de izquierda que aloja el Frente Amplio (FA), convertido ahora en un partido de alcance nacional y con diputados en las siete provincias del país.
Después de ubicarse en la cima de las encuestas en las elecciones presidenciales con el candidato Villalta, el FA quedó de tercero y sus nueve votos legislativos pesan para la agenda del gobierno de Luis Guillermo Solís, aunque Mora rechaza la palabra “cogobierno”.
“Hemos dicho que somos una oposición que ayuda al gobierno en recuperar el Estado social de derecho que regía en la Costa Rica de la que nos orgullecemos, pero estamos muy lejos de cogobernar. Vea que no tenemos puestos en gobierno, no tenemos un puesto de conserje en ningún lado, a diferencia del PUSC (Unidad Social Cristiana)”, señaló Mora.
El FA, sin embargo, sí ha logrado incidir en la agenda legislativa del gobierno. Fue la agrupación que más proyectos aportó a la convocatoria del Ejecutivo para las sesiones extraordinarias de agosto.
El Frente presiona para que el Gobierno deshaga del veto de adninistraciones anteriores a proyectos sobre la ley de fotocopiado, plebiscitos comunales para asuntos de ambiente y otro para permitir huelgas en servicios esenciales.
“Sentimos que el gobierno de Luis Guillermo Solís es abierto, pero no nos trata con preferencia. Como fracción, nos hemos reunido una sola vez con él en estos seis meses”, dijo Mora.
En esa reunión le plantearon adherir a Costa Rica al grupo Petrocaribe, liderado por Venezuela, en torno a la cooperación en el comercio de petróleo. Solís lo analizó tres meses y ya lo descartó.
Ahora la agrupación entra en cuatro meses de congreso ideológico, en forma paralela a los preparativos para las elecciones municipales de febrero del 2016, para las cuales apostará por alianzas locales.