“Asco de país”. Esta sola frase, escrita a mitad de semana por la diputada del Frente Amplio, Ligia Fallas, en su perfil de Facebook, sacudió las redes sociales.
Las palabras encabezan un pequeño texto, en el que ella exteriorizó su molestia por el visto bueno que la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) le dio, el miércoles, al estudio de impacto ambiental de la terminal de contenedores en Moín, Limón, que construirá la firma holandesa APM Terminals.
Fallas, elegida por la provincia de Alajuela, se ganó duras críticas por su expresión. Además de congresista, ella es la actual secretaria de la Central de Trabajadores Rerum Novarum.
Su personalidad la hace un imán para los temas polémicos: afirma que presentará un proyecto para legalizar los matrimonios entre personas homosexuales, exige el Estado laico, defiende la eutanasia y considera que hay muchas restricciones a las huelgas. Llega al plenario en chancletas, se peina de cola y no lleva traje, siempre anda en camisetas.
La legisladora inicia su conversación con La Nación precisamente por su vestimenta, aunque aún no se le hacía una pregunta, al respecto.
“Es importante entender cómo se desvían las cosas. Yo, desde el 1.° de mayo, siempre he venido como soy”, dice en el Salón de Expresidentes de la República.
Pero eso le ha valido críticas.
Yo sé que sí, pero para terminar la idea: yo vengo como soy, y por mucho tiempo nadie dijo nada, pero cuando la huelga del Magisterio se puso más brava, fue cuando apareció mi foto.
La de sus chancletas.
Sí.
Usted lo que quiere decir es que se publicaron sus chancletas para desviar la atención.
Lo estoy diciendo claro, en redes sociales, sobre todo, se desvió la atención del tema de fondo. Toda la efervescencia que se generó en redes sociales para denunciar lo que sucedía con el programa que se le impone al Magisterio: Integra2. Y ahora estamos con un problema de fondo: yo pongo ahora 'Asco de país', pero de seguido explico el tema de fondo, pero se desvía de nuevo y se logra el objetivo: en este momento nadie habla de la decisión de Setena.
Eso se ha cubierto.
Nadie está hablando del porqué Setena da la viabilidad ambiental (a APM), nadie dice por qué en el 2012 la Contraloría da el refrendo del proyecto sin que tuviera viabilidad ambiental.
¿Usted no cree en Setena?
Yo no creo en el sistema. Creo que lo perverso es el sistema.
Pero ese sistema la tiene a usted aquí como diputada.
Ese sistema es perverso, es la globalización. Nos lo tienen impuesto. Otros países han tratado de protegerse de la globalización, pero aquí eso se ha permeado en todo lado, en los sindicatos, en las organizaciones de base.
¿Usted considera que hay persecución contra los sindicatos?
Voy a explicar una cosa: cuando ingresa la Fuerza Pública en la última huelga de Japdeva, se detuvo a personas con medidas cautelares, para ser la huelga ilegal. Tiene que haber primero una declaratoria de ilegalidad.
¿Qué pasa si la policía no abre los puertos? ¿Obstruir la entrada a un puerto, no es ilegal?
Pero tiene que haber una declaratoria compañero.
¿Y la mercadería? ¿Y los agricultores que tratan de exportar los productos? ¿Qué pasa con lo que tiene que entrar?
Estos procesos tienen el apoyo de los productores de banano.
Ya dijo que está en contra del levantamiento del veto, de la decisión de Setena y del acuerdo de gobernabilidad entre el Frente Amplio (su partido) y el Gobierno, ¿a qué más se opone?
Estoy en contra de la ley 9.076 (Ley de Reforma Procesal Laboral, a la que le levantó el veto el presidente Solís, a petición del Frente Amplio).
¿Se considera radical?
Habría que definir qué se entiende por radical.
Como lo define el diccionario, extremo, tajante...
Yo considero que soy la persona más flexible, lo que pasa es que estoy en este momento con una posición clara: que hay corrupción... sí la hay, que hay impunidad, a montones. Hay cosas que indignan en este país y considero que quien no se sienta indignado, no ama a su patria.
Cuando el diputado Rónal Vargas (FA) se despidió de usted le dijo: Adiós mi chancletuda. Entiendo que es una expresión de cariño, pero ¿por qué ganando casi ¢4 millones por mes sigue viniendo (a la Asamblea Legislativa) en chancletas?
Porque creo que cada persona se viste no por lo que percibe, sino por lo que representa. Si fuera por lo que percibe, tendríamos un pueblo desnudo, porque no tienen capacidad de comprar casi nada. Usted es consciente de la exclusión social y de cómo se amplía la brecha social.
Se lo pregunto porque hay un protocolo estipulado.
No está escrito.
¿Considera que se debe regular el derecho a huelga?
Ya tenemos suficientes restricciones. No estamos a la libre y nunca hemos tenido un muerto o una pérdida de vida por una huelga, ni por dejar de atender a los pacientes.
¿Y qué le dice usted a las 2.000 personas que perdieron sus citas en la última huelga médica?
Yo le puedo decir a usted que estas huelgas que se han generado, la gente quiere hacer ver que toda la clase trabajadora va a huelga por problemas salariales, y le quiero decir, que debe ser un derecho humano fundamental defender el trabajo y el salario. Fuera de eso, muchísimas de las huelgas han sido por defender nuestras instituciones y nuestro medio ambiente.
¿Está segura de que en muchas situaciones no se han dado para defender condiciones de gremios específicos?
Dejeme decirle que cuando uno quiere defender a la clase trabajadora, no se vale defender el juego de los grandes capitales y no se vale decir que porque alguien tiene trabajo garantizado en el sector público, con garantías plenas, que le quitemos todo para igualar las condiciones.
Entonces, ¿usted está de acuerdo con la igualdad en el salario único en el sector público?
Tiene que darse una justicia, pero no regulada con la pérdida de pluses salariales.
¿Y qué pasa si todos nos igualamos con salarios más altos?
No se quiebra el Estado. ¿Por qué no cogemos nosotros a la cúpula que concentra el 99% de la riqueza? A esos es a los que hay que aplicarles lo que hay que aplicar, y no porque sea radical.