El Martes Santo de 1986 fue 26 de abril. Ese día, a mitad de la tarde, cerca de 400 precaristas invadieron una finca de 72 hectáreas recién comprada por el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU) en Desamparados.
Ese día nació [[BEGIN:INLINEREF LNCVID20140711_0015]]Los Guido.[[END:INLINEREF]]
Los invasores tomaron el terreno que había pertenecido al alemán Guido Von Schroeter, motivados por la promesa de 80.000 soluciones de casa digna que meses antes había ayudado al candidato del Partido Liberación Nacional (PLN), Óscar Arias, a llegar a la Presidencia de la República.
Pero [[BEGIN:INLINEREF LNCPGL20140711_0003]]28 años después,[[END:INLINEREF]] la mayoría de los vecinos de esta populosa comunidad siguen condenados a vivir como precaristas, porque aún no logran ser dueños de la tierra que les prometieron.
Hoy, son cerca de 25.000 las personas que viven en este lugar de 3,1 km² y que desde el 2003 pasó a ser el distrito número 13 del cantón de Desamparados, en San José.
De momento, la única esperanza que tienen los vecinos de Los Guido es un proyecto de ley que empieza a discutirse en el Congreso para otorgarles el esperado título de propiedad.
Los primeros días. Al principio enfrentaron problemas de todo tipo: desde falta de agua y electricidad hasta especulación sobre los terrenos, de parte de algunos dirigentes que quisieron ganar partido.
Así lo recuerda Eugenio Montoya, dirigente en aquel momento del Frente Democrático de la Vivienda, un grupo que, según dijo, tenía el apoyo del Partido Liberación Nacional (PLN) para promover la invasión en la finca del INVU.
“Los trajimos para acá dándoles un lote de ocho por dieciocho metros cuadrados. Nosotros mismos limpiábamos el terreno, quitábamos las matas de café y levantábamos las covachas”, recordó.
El exdirigente acepta que en el proceso llegó gente de todo tipo al asentamiento y que eso sigue así.
A sus 79 años, Montoya tiene claro que la falta de título mantiene a los pobladores del distrito en zozobra y sostuvo que durante años los han traído a punta de promesas que no se cumplen.
Esta comunidad tiene cinco centros educativos y poco más de 5.800 viviendas. Con el paso del tiempo, amplió sus fronteras más allá de la finca original a partir de nuevas invasiones e incluso de la compra de terrenos por asociaciones de vivienda, lo cual complica el ordenamiento de la zona.
Datos del Ministerio de Vivienda del 2013 señalan que solo en este distrito se han creado 14 nuevos precarios, lo cual hizo que de las 3.000 viviendas que se asentaron en la década de los 80, se pasó a poco a las más de 5.800 actuales.
El aumento de moradas complica cualquier intento por ordenar el distrito. Así lo aceptó el exalcalde de Desamparados y exdiputado del PLN, Óscar Núñez, quien estuvo al frente del proceso para declarar a Los Guido como el distrito 13 de Desamparados.
Dudas. ¿Quién está en regla? Ni en el propio INVU tiene la respuesta. Esta semana, la institución empezará a revisar un proyecto que lleva 12 años en el Congreso y que, de aprobarse, obligaría a la entidad a dar los títulos de propiedad.
En su momento, el INVU demarcó y loteó la finca. Pese a ello, los planos aparecían a nombre del instituto y no de los precaristas, como les habían prometido.
Lo que hicieron era levantar una lista de beneficiarias, conformada por madres y amas de casa de las familias precaristas. Ellas eran las que tenían el derecho a ocupar los terrenos, que nunca salieron de las manos del INVU.
La presidenta ejecutiva de la institución, Sonia Montero, acepta que la problemática es compleja y que entrará a discutir el tema de esta comunidad a partir de hoy.
“Me sentaré a conversar con las personas técnicas especializadas en esto”, afirmó Montero.
Con respecto a los planos que muchos de los habitantes poseen, la jerarca comentó que se deberán estudiar con cuidado.
“El hecho de que una persona tenga un plano de catastro no implica que tenga derechos sobre esa propiedad”, afirmó Montero.
Aun así, muchos vecinos de Los Guido esperan que los planos amarillentos que guardan en bolsas de papel o debajo del colchón tengan la validez requerida para alcanzar su ansiado sueño.