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Es el último día de campaña electoral y Luis Guillermo Solís, candidato presidencial del PAC, ofrece una conferencia de prensa a medios internacionales.
Solís, único aspirante que llega a las urnas activo, responde preguntas de los medios extranjeros y sus respuestas vienen todas marcadas por planes para hacer gobierno.
Intervención de la red vial nacional, combate al narcotráfico y el crimen organizado, incorporación a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y agenda regional, colman el discurso de hoy.
Todos ellos son temas por acometer a partir del 8 de mayo. Además, el candidato del Partido Acción Ciudadana (PAC) prefigura sus primeros decretos: precisamente atención de carreteras.
Con una camisa amarilla y un saco café, el aspirante no deja de entrecerrar sus ojos y responder con una media sonrisa, a pesar de que las urnas no han abierto.
Satisfecho. Más tarde, entra en una reunión algo más seria. La cita con los observadores internacionales de los comicios. Esta vez, no dan paso a los medios: solo por cinco minutos.
Ahí, el discurso de Solís es para dejar ver, ante los extranjeros, que confía en el árbitro electoral.
“El TSE (Tribunal Supremo de Elecciones) atendió bien nuestras preocupaciones”, declaró Solís.
Esas preocupaciones se refieren a la sustracción de papeletas de la propia bodega del Tribunal y que generó una polémica por la seguridad del material electoral.
Ese hecho generó que el PAC pidiera la reimpresión de todas las papeletas. Aunque el TSE no hizo caso a esa petición, Solís se dice satisfecho de que se le pusieran nuevas marcas de seguridad a los documentos donde los costarricenses dejan su preferencia electoral.
¡Votar! Ahora, a pocas horas de que haya nuevo presidente electo, ya para el candidato lo fundamental es que la gente salga a votar.
Su argumento es, luego de medio año de desgastante proceso electoral, que son necesarios los votos para que un eventual gobierno suyo tenga el músculo necesario para asumir el Poder Ejecutivo.
“Queremos que se dé ese escenario (de lograr un millón de votos) para que no quede duda de que el pueblo Costa Rica quería un cambio”, dice Solís en su último llamado público a la gente para sufragar.
Seguro de que ya nada más puede hacer, Solís pasa las últimas horas de campaña en familia y afina las últimas tuercas del engranaje.
El candidato sabe que ya hizo lo suyo: se dio a conocer. Hoy, dos meses después de la primera victoria electoral del PAC, Solís enfrenta el “fantasma” en que se convirtió Johnny Araya el 5 de marzo.
