La ilusión de los pobladores de Zapotal Abajo de Tarrazú creció al igual que su vecina, la recién inaugurada represa hidroeléctrica Pirrís, del ICE.
Su llegada trajo mayor oferta de trabajo, mejoraron las carreteras y añadió un atributo al ya hermoso paisaje cafetalero: la vista al impresionante embalse.
Sin embargo, al concluir el llenado de la laguna artificial, hace dos meses, comenzó la pesadilla.
Con una población de 100 habitantes, la comunidad de Zapotal Abajo dista escasos 900 metros del embalse. Según los lugareños, una vez que se llegó al 90% del llenado, empezaron a notar grietas en sus casas, patios y cafetales.
“Nosotros recibimos con mucha ilusión este proyecto, pero todo se vino abajo cuando llenaron el embalse de Pirrís”, relató, muy desilusionado, Ulises Rojas, cafetalero de cepa y afectado directo.
Según relataron a La Nación , lo que empezó como una simple grieta en el suelo de la vivienda de Rojas tiene hoy deshabitadas diez casas y a punto de desplomarse.
“Con el dolor en el alma tuvimos que abandonar nuestro barrio. Somos la quinta generación de la familia Rojas. De hecho, aquí se llama barrio los Rojas”, relató Jhonny Rojas, con voz pausada.
Cinco familias decidieron, por seguridad, alquilar casa en San Lorenzo de Tarrazú, a 5 kilómetros de distancia, pero todos los días regresan a trabajar los cafetales.
“Yo estaba terminando un balcón con vista al embalse, pues me queda justo al frente. Jamás pensé que mi casita, que la hice pensando en quedarme en ella hasta morir acá, la deba dejar atrás antes de tiempo. Pero así lo dictó Dios, y lo acepto”, indicó Ramiro Rojas.
Aún es un misterio. De inmediato, los Rojas buscaron ayuda en la Municipalidad de Tarrazú, que los contactó con personal del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y del proyecto Pirrís.
Geólogos de la entidad realizaron un estudio, y de primera mano descartaron que el embalse tuviera relación con las grietas. En su lugar, les recomendó “taparlas con arcilla para evitar filtraciones”.
Disconformes con ello, los vecinos se manifestaron frente a la planta hace una semana. Allí firmaron una carta de compromiso del ICE para que la Escuela Centroamericana de Geología realice un segundo estudio de los suelos.