05diciembre2012 Reportaje sobre condominios de lujo en Sabana. Recorrido, visita a tres edificios: Torres Paseo Coln, Vistas del Robledal, Roble Sabana. TORRES PASEO COLîN/Juliana Barquero (Juliana Barquero A.)
El enorme brazo de una grúa, los cascos fosforescentes de los peones y el sonido de los tractores son las señales de que otro gigante inmobiliario llega a la ciudad.
Altos y millonarios son los rasgos que distinguen a los imponentes edificios de condominios que crecen en San José, desde hace siete años.
Con vistas de 360°, observan la capital desde las alturas y arman un nuevo rompecabezas del paisaje urbano, en el que La Sabana es cuna de viviendas para familias de clase media-alta y alta.
Aunque los precios de los apartamentos varían de acuerdo con la zona, el tamaño y el piso en que se ubiquen, el más barato ronda los $100.000 (¢50 millones), con una superficie total de 55 metros cuadrados.
“El precio no solo está en función del área, sino que también vendemos calidad de vida, que incluye seguridad y comodidad mediante las áreas comunes”, afirmó José Luis Salinas, presidente del Grupo Inmobiliario del Parque, pionero en este tipo de obras.
Dentro de las paredes de estas construcciones en vertical, los vecinos también deben pagar por mes una cuota de mantenimiento, que oscila entre ¢60.000 y ¢150.000.
Ese monto incluye el aseo de las áreas comunes del edificio, seguridad las 24 horas, jacuzzis , gimnasios y piscinas.
El boom inmobiliario de estas torres de condominios tomó fuerza en la capital desde hace siete años, cuando se declaró de interés público el Programa de Regeneración y Repoblamiento de San José.
Con el plan sobre la mesa, el municipio del cantón Central empezó a conceder incentivos para motivar la inversión en la capital. Estos son la exoneración en el pago de impuestos de construcción y permisos para aumentar el área hacia arriba.
Recompensas. Con el afán de convertir a San José en la ciudad densa y compacta del futuro, aquellas torres que se encuentren ubicadas en los distritos Merced, Carmen, Hospital y Catedral reciben una exoneración del 99% en el pago de los tributos de construcción.
De acuerdo con Ricardo Molina, gerente del edificio más alto de Costa Rica, ubicado en el paseo Colón, esta obra pagó a la Municipalidad únicamente ¢3 millones en cargas de ese tipo.
“Es una forma de incentivar la construcción vertical y de mejorar el uso del suelo”, afirmó Royeé Álvarez, arquitecto de Gestión Urbana del Ayuntamiento.
La otra recompensa es un aumento del 30% en el área de construcción, con la condición de que se incluyan un adecuado manejo de aguas, integración del diseño arquitectónico al peatón y un sistema de consumo energético amigable con el ambiente.
San José es una capital sin límites de altura, por lo que un edificio puede tener cuantos pisos se quiera, siempre y cuando sea proporcional al área del terreno.
“Existe un coeficiente de aprovechamiento del suelo (CAS) que indica cuántos metros se pueden construir a partir del área del terreno y la zona en que se ubique”, explicó el arquitecto Álvarez.
Popularizar. Con un nuevo diseño urbano, San José se perfila como la ciudad que pasó de niña a adulta, sin haber sido adolescente. Su salto pasa de pequeñas casas a edificios de hasta 97 metros de altura.
Según el arquitecto Luis Diego Barahona, aunque este desarrollo es vital para la ciudad, es necesario construir opciones de vivienda para la clase media.
El Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos (Mivah) promete impulsar instrumentos financieros que faciliten la compra de este tipo de soluciones de vivienda para la clase media. Sus resultados los evaluará el tiempo.