El débil llanto de una recién nacida detuvo el paso de Ana Lucía Vargas frente a la panadería Musmanni, en Florida de Tibás. Una niña estaba en una bolsa de basura y aún atada al cordón umbilical.
Gracias a la mujer, la bebé llegó a las puertas de la unidad de Bomberos de Tibás, para que recibiera la atención inicial. Eran las 7:35 p. m., del martes 3 de setiembre.
Martín Carvajal tiene 18 años de servicio como paramédico y nunca se le había presentado un caso similar. En ese momento, no había tiempo para comentarios ni nervios. La niña requería atención urgente.
Carvajal y sus compañeros Mauricio Troz, Luis Ramírez y Mauricio Soto atendieron y limpiaron a la recién nacida. Luego la cubrieron con una cobija térmica y la trasladaron al Hospital Nacional de Niños (HNN).
“Pasaron muchas cosas por mi cabeza. Lo primero: salvar la vida de la bebé. No me explico cómo alguien puede hacer algo semejante. Cuando baja la adrenalina, uno trata de entender la situación de la persona que tomó esa decisión y lo que vivía. No hay por qué juzgar a nadie”, dijo el sargento de Bomberos, Luis Ramírez.
En una emergencia de este tipo, cada segundo es vital para mantener con vida a la paciente. Al día siguiente, el recuerdo y la tranquilidad de que la menor de edad había sobrevivido, hizo que los bomberos organizaran una visita al Hospital.
“Es un caso que nos impactó mucho. Entre todos los compañeros le llevamos pañales, juguetes y ropita. Es el cariño de ver a la chiquita y lo vulnerable del caso”, dijo el bombero Mauricio Troz.
La niña estuvo durante una semana, sin ninguna complicación de salud, en una cuna del servicio de Lactantes del Hospital Nacional de Niños. Allí, pediatras, conserjes y enfermeras hasta intentaron ponerle un nombre.
“Por el asunto legal no se le puede poner nombre. Un grupo de profesionales la atendió con mucho amor. Decían que se podía llamar Luciana. No nos gusta ver a los pacientes como un número de cama, sino como personas”, dijo la doctora Lydiana Ávila.
El Patronato Nacional de la Infancia (PANI) informó de que la niña se encuentra en un albergue de protección.
Por otra parte, el PANI confirmó que este año ha atendido dos casos similares. Se trata de un niño que fue abandonado en un taxi, en Talamanca, y de otro que se encontraba solo en una casa, en Guadalupe de Goicoechea.
Fanny Cordero, vocera del Patronato Nacional de la Infancia, advirtió de que la negligencia de los padres va en aumento.
“En casos de negligencia, que es cuando el padre y madre tienen la posibilidad de atender, pero no lo hacen, se recibieron 8.183 casos, en el 2012”, dijo Cordero.
Entre horas de atención, ropa, pañales y nombres que iban y venían en el Hospital, la recién nacida cambió de la cuna de un basurero al corazón de varias familias.