En el precario La Carpio, en La Uruca, 250 vecinos han enfermado de dengue en lo que va del 2013. Esta fue la primera comunidad josefina donde el virus empezó a atacar en este año.
La situación de hacinamiento e insalubridad en la que viven sus 38.000 habitantes, es el caldo de cultivo para que allí el número de infectados no pare de aumentar.
En un intenso operativo de contraataque, el Ministerio de Salud reunió ayer a 30 personas, entre funcionarios y voluntarios de la Cruz Roja, para limpiar de criaderos de zancudos las casas de este inmenso vecindario de La Uruca.
Solo en la mañana de este jueves encontraron a 25 enfermos de dengue durante el operativo. Hoy, seguirán “barriendo” La Carpio.
Las autoridades de salud vigilan a diario los lugares más afectados de la capital, donde el número de enfermos llegó a 712. Con estas brigadas especiales consiguen frenar, temporalmente, la expansión del virus.
Brigadas de ataque. Los equipos están formados por dos asistentes técnicos de atención primaria (Atap) y tres jóvenes voluntarios, que se encargan de recorrer, puerta a puerta, las viviendas reportadas con enfermos.
Los Atap del Equipo Básico de Atención Integral en Salud (Ebáis), de La Carpio-León XIII, revisaron las casas de los pacientes, analizaron el estado del resto de miembros del hogar, rastrearon la existencia de criaderos y ofrecieron consejos para prevenir el dengue. Mientras, los voluntarios de Cruz Roja repartieron información y aclararon dudas de los vecinos.
Los habitantes de La Carpio desconocen qué es el virus del dengue. Ese fue el caso de Henry Pérez, operario de máquinas de 36 años. “El lunes me diagnosticaron la enfermedad, había escuchado algo sobre ella, pero desconocía sus síntomas”, dijo Pérez.
Los niños tampoco pueden recibir los conocimientos oportunos porque en el precario hay un alto porcentaje de ausentismo escolar.
En La Carpio no hay agua corriente y sus ciudadanos la almacenan en estañones.
Estos recipientes y los plásticos negros que los cubren son los principales focos de infección, ya que acumulan el líquido durante 15 días y puede haber hasta tres de estos baldes por casa.
“No podemos pedir a los vecinos que boten el agua, así que les entregamos pastillas de Abate, cuyo efecto dura hasta un mes, para eliminar las larvas”, explicó Daniel Quesada, Atap en La Carpio.
El rastreo en las casas colindantes a las infectadas es vital. “Por cada paciente que tiene dengue, hay 10 casos que no habrían sido registrados porque no fueron al Ebáis”, explicó Gustavo Duarte, de Vigilancia de Salud del Ministerio de Salud, y organizador de la actividad de ayer y hoy en La Carpio.
Seguridad. El precario tiene altos niveles de delincuencia; sin embargo, la población no puso ningún impedimento, destacó el voluntario Ever Reyes, de 19 años.
Finalizado el rastreo casa por casa, dio comienzo la fumigación. Tres expertos bañaron las casas en veneno contra zancudos adultos, los responsables de transmitir el virus. Estas brigadas actuarán en otros barrios como Pavas, donde hay 272 enfermos.