San José.
Una disminución en los ingresos por venta de electricidad en los primeros seis meses del año le dejan a la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) una pérdida contable ¢12.925 millones.
La cifra bajo ese rubro para el mismo periodo de 2016 fue de ¢4.221 millones, es decir, que en un año la pérdida aumentó en ¢8.704 millones, de acuerdo con los estados financieros de esta empresa pública, subsidiaria del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
Al revisar solo los ingresos por electricidad, a junio eran de ¢149.162 millones. Hace un año, no obstante, tenía ¢165.534 millones. La diferencia representa una reducción de 11%.
Esta empresa le lleva electricidad a 552.000 abonados de la Gran Área Metropolitana (GAM).
Óscar Hernández, director de Administración y Finanzas de la entidad, atribuyó esta situación al hecho de que la CNFL no tuvo aumento tarifario para la primera mitad del año, pues el alza de 9,46% aprobada por la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) regirá partir del 1.° de octubre del 2017 y hasta el 31 de diciembre del 2018.
"El primer semestre muestra estados financieros parciales que van mejorando conforme avanza el año. La proyección es que al final del año tengamos una utilidad de operación cercana a ¢500 millones", expresó Hernández.
Con el incremento, en tarifa residencial, el cargo fijo por el servicio subiría de ¢1.883 a ¢2.043 y el kilovatio hora (kWh) en consumos menores a 200 kWh por mes pasaría de ¢62,67 a ¢68,11 por kilovatio hora. Para el bloque de abonados que consumen de 201 a 300 kWh al mes, subirá de ¢96,36 a ¢104,51 y, en consumos superiores a 301 kWh mensuales, el cargo pasará de ¢99,58 a ¢108,04.
Para la primera mitad del año, también el ICE reportó pérdidas contables. En su caso fue de ¢33.396 millones, originadas, principalmente, en las fluctuaciones del tipo de cambio que afectan los pagos de su deuda. Dicho compromiso se estima en ¢2,6 billones según la agencia estadounidense de calificación de riesgo Fitch. De la suma, 85% está en dólares.
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El balance de la CNFL a junio también decayó por la cuenta de "otros ingresos" al reducirse en el último año de ¢12.159 millones en junio de 2016 a ¢4.341 millones en junio de 2017 (¢7.818 millones menos, -64%). Esta partida incluye derivados de alquileres de postes, ductos y transformadores, ingreso por tarifas de media tensión y otros denominados operación y aportes para el desarrollo.
Durante esta primera mitad del año, además, la Compañía redujo sus gastos de operación de ¢35.368 millones a ¢34.829 millones (1,5% menos, ¢461 millones de diferencia) pero ese esfuerzo es todavía pequeño frente a su deuda por ¢247.917 millones a junio pasado.
Dicha obligación ha forzado al ICE a auxiliar varias veces a su subsidiaria para que pueda atender sus pagos. Del monto de ¢247.917 millones que debe, ¢23.129 millones son obligaciones a corto plazo (deben cancelarse en menos de cinco años).
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Al concluir el año pasado, la Compañía reportó un déficit de ¢589 millones frente a -¢27.155 millones del 2015. Sin embargo, la expectativa de este año es cerrar con ganancias por alrededor de ¢500 millones.
Origen del problema
Las complicaciones financieras de la CNFL se vinculan con el costo del Proyecto Hidroeléctrico Balsa Inferior. Esa planta, ubicada en Los Ángeles de San Ramón, pasó de costar $94 millones a $361 millones.
Desde entonces, la empresa destina buena parte de sus ingresos a pagar deudas. Este año, por ejemplo, deberá cancelar ¢15.000 millones a tenedores de sus bonos.
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Asimismo, desde el 2015, emprendieron un recorte de gastos que incluyó un plan de movilidad laboral y un cambio en el pago anualidades (ya no se estiman en el salario bruto, sino en el base).
La reducción en el volumen de pérdidas de la CNFL también se debe a que, del 2013 al 2016, la CNFL y el ICE establecieron cinco convenios de financiamiento por compras de energía de la CNFL al ICE para un total de ¢99.333 millones, según muestran sus estados financieros.
El último de estos convenios fue en noviembre del 2016, por ¢25.566 millones. Según Hernández, esta es la única deuda que tienen actualmente con el ICE. A corto plazo descartó nuevos convenios.
Hernández explicó que, como la CNFL tiene generación propia con sus plantas, hay una relación inversa entre la generación propia y las compras al ICE. A más generación; menos energía se le compra al ICE y viceversa.
Por el régimen de lluvias típico de país, afirmó, en el primer semestre la generación de la CNFL es baja y por ello crece su captación de energía del ICE. Se supone que en el segundo semestre se revierte la tendencia.