Los papás que deban cambiar el pañal de sus hijos podrán hacerlo ahora en el baño de hombres y con el implemento requerido.
El precedente lo marcó la Sala Constitucional con el voto 6386-16 del pasado 13 de mayo, al resolver un recurso de amparo presentado por un ciudadano contra la empresa Arcos Dorados de Costa Rica, que opera los restaurantes McDonald’s aquí.
A él, el personal del local ubicado frente a la plaza de la Cultura, en San José, le prohibió usar un cambiador que estaba disponible solo para mujeres.
La administración le indicó al usuario que, para asear a su bebé, debía ser supervisado por una empleada femenina.
Según la Sala, tal limitación lesiona el derecho a la no discriminación y a la igualdad.
“La sentencia es importante en un momento determinado en el que hablamos de igualdad y de prohibir la discriminación, tanto para hombres como para mujeres, y en este caso, para padres o para madres”, manifestó a La Nación el magistrado de la Sala, Luis Fernando Salazar, instructor del caso.
Mientras el recurso estaba en trámite, el restaurante procedió a colocar el cambiador, pero solo en ese local.
“Arcos Dorados, como empresa responsable y comprometida con la sociedad de Costa Rica, cumple a cabalidad todas las disposiciones y medidas que determinen las autoridades en las distintas situaciones”, declaró Martha Arango, gerenta de Comunicaciones de la empresa.
Ella aseguró en un correo que, además, están desarrollando un plan para instalar cambiadores en los baños de todos los McDonald’s del país.
El fallo fue recibido como un logro entre los grupos que se dedican a temas de género, enfocados en los hombres.
“Aún hay prejuicios de que la única que hace esas tareas es la mujer. Vivimos en un momento histórico, en que la sociedad se da cuenta de que padres y madres tenemos los mismos derechos y obligaciones”, comentó Arcelio Hernández, del movimiento por la igualdad de derechos para los hombres.
Sin embargo, para Jorge Navarro, psicólogo del Instituto Costarricense de Masculinidad, Pareja y Sexualidad, solo el fallo no es suficiente.
“Sí marca un precedente, pero el detalle no es tanto eso, sino la educación del mismo hombre para ejercer ese derecho. ¿Cuántos hemos pasado por esa situación, pero no le damos importancia? Hay que reeducar a los hombres para darles una oportunidad de ejercer una paternidad efectiva más cuidadosa”, aseguró.