
¿Por qué Antonio Álvarez debe ser presidente y no los otros?
El próximo presidente tiene que ser una persona con un alto nivel ejecutivo, con energía y capacidad para poner a andar este país; para pasar de los discursos, los estudios y los planes a acciones concretas. He sido una persona dedicada a poner a andar cosas, a sacar empresas adelante. Creo que la característica de presidente que necesita Costa Rica va más con mi personalidad que con la de los otros candidatos.
¿Hay algo de vanidad personal en su deseo de ser presidente?
Siempre he dicho que la política es parte de mi vida, pero no es mi vida. Tengo planificado luchar durante una etapa de mi vida por alcanzar la presidencia. El 2010 es mi tope para aspirar, luego mis aspiraciones serán borradas de mi plan de vida.
¿Usted siente que tiene carisma como candidato?
En la calle la relación con la gente es muy cálida, siento simpatía.
¿Lo ven como un chiquito bonito?
No lo creo. Vengo de una familia de clase media que se desarrolló en plaza González Víquez y barrio Vasconia. La gente me siente como una persona accesible con la que se puede hablar y no percibe a una persona arrogante que ponga barreras. Sí me afecta que la gente me ve joven y piensa que voy a ser presidente en algún momento, pero no necesariamente ahora.
¿Quién es su rival a vencer?
El abstencionismo y la indiferencia de la gente. Un 40% de personas que no se han decidido.
¿Cuál es su opinión sobre Óscar Arias?
Hay un líder para cada época y una época para cada líder, y me parece que ya no es la época de Óscar. Lo encuentro desactualizado.
Usted fue parte del gobierno de Óscar Arias. ¿Se arrepiente?
En lo más mínimo, pero hubiera preferido que apoyáramos más al sector agropecuario.
¿Cómo fue ese gobierno?
Muy inclinado a lo internacional, lo que permitió cosas buenas para el país y éxitos personales para él. Pero muy alejado de los temas internos.
A usted aún se le asocia con el PLN y se señala que su pensamiento no está claramente separado de ese partido.
Tiene razón. El liberacionismo histórico, el Liberación en el que me formé, lo sigo llevando en mi corazón, y de ese Liberación no me he ido. Pero oficialmente dejé de ser liberacionista hace mucho tiempo.
¿Qué es ahora Liberación?
Para mí, posiciones totalmente neoliberales y alejadas de la visión de solidaridad y distribución de riqueza que pregonaba el partido.
Si la reelección no se hubiera aprobado, ¿estaría aún en el PLN?
Si yo hubiera estado teniendo un protagonismo y una dirección fuerte sobre Liberación Nacional habríamos expulsado de inmediato a todos los involucrados (en corrupción). Si no hubiera tenido el liderazgo en ese momento, por estar en una lucha de tendencias, y el partido hubiera reaccionado como reaccionó, igual me hubiera ido.
¿Qué le ofrecen ustedes a los electores?
Un cambio en la línea de pensamiento, en la generación que le propone para dirigir al país. Nos hemos preocupado en traer gente nueva a la política.
¿Cuáles son los principales ejes de su plan de gobierno?
Crecimiento económico para impulsar un programa de justicia social en un país que sea gobernable con seguridad ciudadana.
El decálogo de gobernabilidad que usted promueve ¿es suficiente para recuperar al país?
Ese decálogo está previsto para arrancar en los primeros 100 días de gobierno. No es una propuesta de cuatro años. Si ahí quitamos los cuellos de botella podremos entrar a las reformas grandes.
¿Si en los primeros 100 días no se ha cumplido la mitad del decálogo su plan habría fracasado?
Yo no creo que ese decálogo fracase, por una razón: está diseñado de forma tal que el respaldo popular que adquiera pondría en una situación muy complicada a un partido político que se oponga a él. El secreto que lleva dentro es lo simple que es y el beneficio que la gente puede palpar en cada decisión.
Usted estudió en entidades privadas, ¿recomendaría que sus nietos vayan a la escuela pública?
Nuestro reto es elevar el nivel de la educación pública y así no debería haber razones para discriminar entre una y otra. En la condición actual los vería en un colegio privado.
¿Usted se ve manejando el sector público como un empresario agrícola?
Como un empresario.
¿Y el que no sirve que se vaya?
Sí. Por eso queremos retomar el principio de autoridad en el sector público.
¿Eso requiere reformar el Servicio Civil?
Solamente en las normas relativas a las sanciones.
¿Cuál es su idea de Estado?
En infraestructura vemos la concesión de obra pública como una vía. Vemos un Estado fuerte en el campo de la educación como movilizador social, en el campo de la salud y programas de vivienda en donde incluimos acueductos. En el campo de la producción, un Estado fuerte en la investigación y en la transferencia de tecnología, y en la de facilitar equilibrios que permita que los pymes existan.
¿Un Estado rector?
Sí.
¿En servicios de telecomunicaciones y seguros?
No creemos en los monopolios ni públicos ni privados. Sí vemos un Estado en el que el ICE opere con otros operadores privados, como en el ejemplo de la banca.
Usted ha dicho que está en contra de los neoliberales, pero usted también apoya el TLC y adversa los monopolios.
Para mí, el neoliberal es aquel que cree que el mercado es perfecto y los ajustes sociales se dan por medio del mercado. Yo no creo que la CCSS tenga que competir, tiene que ser eficiente, pero no la veo compitiendo con la Clínica Católica o la Bíblica. Ahí hablamos de un elemento básico para la sociedad, que es la salud. Que no es lo mismo que tener un celular que puedo querer o no tenerlo, pero tengo derecho a que me vacunen.
¿Cuando usted está en sus fincas le llega señal al celular?
No. Tengo que andar con dos celulares con TDMA y GSM. Por eso creo en la competencia.
¿Privatizando?
No creo en la privatización. Yo no vendería el ICE, pero sí permitiría que otro opere.
¿Esa es su tesis de eliminar la Autoridad Presupuestaria?
Claro y facilitar la contratación. Cuando se dio la apertura de las cuentas corrientes se decía que eso quebraría el Banco Nacional y hoy es el banco más grande.
Usted está en contra del plan fiscal. ¿Cuál es su alternativa?
Hay que cobrar bien los impuestos. Hacer valer la Ley de justicia tributaria, que la firmé en 1995 y a la fecha no tenemos a ninguna persona condenada por evasión fiscal. Pasaría el impuesto de ventas como uno de valor agregado para tener más control y contar con un impuesto más moderno, y lo mantendría en 13%.
Las calles del país siguen malas. ¿Qué haría?
En áreas como la infraestructura, el problema no es de recursos. Está la concesión de obras públicas, los fondos del Conavi que no se usan. Lo que más nos afecta es un problema de gobernabilidad.
¿Que haría para enfrentar los altos precios de los combustibles?
Tenemos algunas propuestas que tienden a disminuir en un 10% el consumo del combustible, con alcohol y otros productos.
¿Le compraría alcohol al ingenio Taboga (ligado a los Arias)?
Mientras no sea un oligopolio se lo compraría, que haya competencia. Pero no porque un decreto de Abel Pacheco me obligue a comprarle únicamente a dos empresas nacionales.
En Brasil, el precio del alcohol está subiendo a niveles como el petróleo. ¿Qué hacer?
Tenemos posibilidades de producirlo del sorgo, del desecho de banano, de la caña y avanzar a l biodiésel con la palma africana.
¿Piensa producir alcohol con desecho de sus bananeras?
El banano es mi producto principal, no lo produciría para alcohol, pero lo promovería para el sector bananero.