Washington
El gobierno de Estados Unidos anunció este martes nuevas directivas que expanden el alcance de las deportaciones y amplían el total de agentes fronterizos y migratorios, pero descartó que el objetivo sea las "deportaciones masivas" de indocumentados.
En dos memorandos internos, fechados el lunes y divulgados este martes en el sitio web oficial del Departamento, el secretario de Seguridad, John Kelly, determinó que aun inmigrantes sin antecedentes criminales podrán ser objeto de deportación inmediata.
De acuerdo con los dos documentos, la prioridad seguirá siendo la captura y deportación de personas en situación migratoria irregular y con antecedentes criminales, como había sido práctica desde el anterior gobierno, de Barack Obama.
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No obstante, el documento añadió que, "con extremadamente pocas excepciones limitadas, el DHS no eximirá ninguna clase o categoría para remoción de extranjeros de la potencial aplicación de la ley".
Kelly también determinó la contratación de 5.000 nuevos empleados para la guardia fronteriza (CBP) y de 10.000 empleados para la agencia de control de migración (ICE).
Estos memorandos internos son el primer paso para la aplicación de la promesa de campaña de Trump de expulsar del país a los inmigrantes en situación irregular –unos 11 millones en total, la mayoría mexicanos– independientemente de que hayan o no cometido crímenes violentos en su país de origen o en territorio estadounidense.
"Todos aquellos en violación de las leyes de migración pueden ser sujetos a procedimientos de aplicación de la norma, incluyendo la remoción de Estados Unidos", apunta el documento.
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, redobló esa postura señalando en la acostumbrada rueda de prensa que "cualquiera que esté aquí ilegalmente es sujeto de deportación en cualquier momento".
Pero preguntado acerca de si la meta es la deportación masiva de inmigrantes, respondió tajantemente que no.
Spicer indicó que en el gobierno anterior la patrulla fronteriza y ICE "tenían las manos atadas" para cumplir las leyes migratorias.
"El presidente quería levantar los grilletes y decir (a los agentes) 'ustedes tienen una misión, hay leyes que deben cumplirse, deben cumplir su misión y seguir la ley'".
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Por el momento, el gobierno de Trump no parece dispuesto a modificar el programa "Acción Diferida para los Llegados en la Infancia" (DACA, en inglés), que protege de la deportación a jóvenes inmigrantes indocumentados que fueron traídos a Estados Unidos por sus padres cuando eran niños, y al que también prometió poner fin durante su campaña.
El 23 de enero, Spicer había dicho que la prioridad del Gobierno eran inmigrantes con antecedentes criminales.
"Personas que pueden hacer daño o han hecho daño y tienen antecedentes criminales son el centro de la atención", dijo Spicer, para quien "en la actualidad la prioridad está en las personas que han hecho daño a nuestro país".
La publicación de las directivas ocurre dos días antes de que Kelly y el secretario de Estado, Rex Tillerson, se reúnan con sus contrapartes en México con la intención de rebajar las tensiones entre ambos países a raíz del tema migratorio.