Cleveland, EE. UU. AFP. El aspirante presidencial republicano Donald Trump conquistó este martes las primarias en tres estados vitales, incluido Florida, bloqueando los intentos del partido de detener su marcha a la Casa Blanca, y sepultando las aspiraciones de Marco Rubio.
Hillary Clinton, por su parte, dio otro salto hacia la nominación del Partido Demócrata con tres claras victorias: Florida, Carolina del Norte y Ohio, en un nuevo supermartes de primarias para las elecciones presidenciales estadounidenses del 8 de noviembre.
Trump, el magnate inmobiliario de retórica beligerante contra los inmigrantes latinos indocumentados, ganó con contundencia en Florida, y de esa forma se quedaría con los 99 delegados del partido en ese estado del sureste estadounidense con una fuerte población de origen latinoamericano.
Ese triunfo, unido a otros en Illinois y en Carolina del Norte (también ganó en el archipiélago estadounidense de las Marianas del Norte) casi le garantizaban una noche perfecta a Trump, pero John Kasich logró una necesitada victoria en su estado de Ohio para obstaculizar el ascenso del magnate.

“Debemos unir a nuestro partido", lanzó Trump en Palm Beach (Florida), antes de seguir con su tradicional discurso sobre la “cólera” que atraviesa a Estados Unidos y proyectarse como una víctima de la “publicidad negativa” de sus rivales.
Luego de que los resultados en Florida se anunciaron, Rubio, senador de origen cubano por ese estado, anunció su retiro de la carrera , sin que su discurso optimista pudiera conquistar los votos de un electorado iracundo con la clase política.
“Aunque no es el plan de Dios que yo sea presidente en 2016 o quizás nunca, y aunque hoy mi campaña está suspendida, el hecho de que yo haya llegado tan lejos es prueba de cuán especial Estados Unidos realmente es”, manifestó Rubio a sus seguidores en Miami.
Rubio es un “candidato muy excepcional”, dijo Peter Fleites, un cubano-estadounidense de 65 años, quien se presentó a votar en una iglesia luterana del moderno barrio de Brickell de esa ciudad portando un marco de fotografía en las manos, en señal de apoyo al senador.

En Ohio, otro premio grande de la noche, Kasich –el gobernador del estado– derrotó a Trump y se llevó los 66 delegados que estaban en juego.
Sin Rubio en la escena, John Kasich se encamina a ser la última esperanza de las élites del Partido Republicano para detener al millonario.
“La pregunta ahora es: ¿podrá seguir obteniendo donaciones y puede construir una organización” de campaña, expresó Paul Beck, profesor de la Universidad Estatal de Ohio .
Queda otro aspirante en el ruedo: el senador ultraconservador por Texas Ted Cruz.
Pero Trump, el hombre de negocios de Nueva York por el que nadie apostaba un centavo hace nueve meses, se acerca un poco más a su objetivo: portar los colores del Partido Republicano en las presidenciales de noviembre.
La jornada fue exitosa para Hillary Clinton, quien, después de caer derrotada en primarias ante Barack Obama en el 2008, espera esta vez convertirse en la primera mujer en la Casa Blanca.
“Nos acercamos a asegurar la nominación del Partido Demócrata y a ganar esta elección en noviembre”, declaró la ex primera dama ante un foro repleto de simpatizantes.
Sus triunfos en Florida, Carolina del Norte y Ohio complican las aspiraciones de Sanders, el senador que sigue desafiando el favoritismo de Clinton.
Para acortar la desventaja que lo separa de Clinton, a Sanders no le alcanza con ganar, sino que tiene que hacerlo por un enorme margen, a medida que se reducen los estados en liza.
“Se vuelve muy cuesta arriba para Bernie Sanders”, advirtió Dennis Goldford, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Drake.
Al fin de la jornada, ningún candidato tendrá garantizada aún la postulación de sus partidos, pero los favoritos deberían terminar con una idea de cuándo podrían alcanzar la meta.
Trump acumula casi la mitad de los 1.237 delegados necesarios para llegar a la nominación, mientras que Clinton ya superó ese umbral.