Washington. AFP. El ciberataque que forzó a Sony Pictures a cancelar el estreno de una comedia sobre el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, se transformó ayer en un problema de seguridad nacional para Estados Unidos, que estudia una respuesta “proporcional”.
El presidente Barack Obama considera que este ataque informático es “un serio asunto de seguridad nacional”, que obligó a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y al Departamento de Justicia a lanzar una amplia indagación, según explicó su vocero Josh Earnest.
Los asesores del mandatario estadounidense se reúnen a diario para analizar el progreso de las pesquisas y para estudiar “una serie de opciones” que den una respuesta al ciberataque.
Medios estadounidenses afirman que las autoridades tienen la certeza de que Pionyang es responsable de la filtración masiva de información de los estudios, pero el vocero de la Casa Blanca manifestó no estar en situación de confirmarlo.
El Gobierno de Corea del Norte negó categóricamente cualquier vinculación con el ataque perpetrado el 24 de noviembre.
Al desnudo. El golpe, reivindicado por el grupo autodenominado Guardianes de la Paz (GOP), dejó a la luz correos electrónicos internos, datos salariales, números de seguridad social y hasta guiones en preparación.

Una fuente de los estudios de Hollywood, que pidió el anonimato, señaló que “todo indica” que Corea del Norte está detrás de este “ataque terrorista”.
“Esto es mucho más grande que nosotros”, manifestó la fuente, en referencia a que los conflictos entre países son ahora “guerras que se llevan a cabo a un nivel cibernético”.
El grupo GOP amenazó a los estudios de graves consecuencias si estrenaban el 25 de diciembre The Interview, una comedia sobre una operación ficticia de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para asesinar a Kim, aprovechando que dos periodistas (interpretados por James Franco y Seth Rogen) logran un permiso para entrevistar al dirigente.
Los piratas informáticos evocaron los ataques del 11 de setiembre del 2001 para advertir a los aficionados que fueran a ver la película, lo cual provocó que las cadenas de salas de cine más importantes de Estados Unidos decidieran no proyectar la cinta.
Retiro. Como consecuencia, Sony Pictures anunció que retiraba de los mercados la película, decisión que puede costarle mucho dinero, teniendo en cuenta que la Navidad es una de las épocas más importantes a nivel comercial en Estados Unidos.
Ayer se apresuró a retirar todos los carteles promocionales.
La decisión de Sony causó una ola de reacciones de personajes públicos de todos los ámbitos, la mayoría preocupados ante lo que consideran una violación a la libertad de expresión.
El presidente de Sony Pictures, Michael Lynton, prometió a sus trabajadores que las amenazas no destruirían la empresa. El mismo día recibió dos demandas colectivas de empleados.