Los yazidíes pertenecen a una minoría preislámica cuyas raíces se remontan a unos 2.000 años antes de Cristo y que tiene orígenes zoroástricos.
Esta comunidad se localiza en el noroeste de Irak, con epicentro la ciudad de Mosul, el noreste de Siria (sobre todo en la zona de Alepo) y también en Turquía.
Heredera del zoroastrismo persa y adoradora del fuego, es una religión sincrética que concilia distintas doctrinas.
Entre sus creencias se encuentra la adoración al ángel caído llamado Melek Taus, al que los yazidíes representan con la figura de un pavo real y que las principales religiones monoteístas, como el cristianismo o el islam, han vinculado con el diablo.
Al contrario que en la fe cristiana, en la que el ángel caído fue expulsado del Paraíso, en la tradición yazidí este se redimió tras caer y se convirtió en su símbolo, el pavo real, que aparece siempre en sus templos, tumbas y altares.
Durante cinco días en setiembre, los yazidíes realizan una peregrinación a la tumba del jeque Adi Lalesh, que se encuentra en el norte de Mosul, donde tienen lugar abluciones en el río.
También hacen rituales con sacrificios de animales y llevan a cabo circuncisiones.
Al igual que otras minorías religiosas, nadie puede convertirse a esta religión, ya que hay que nacer en el seno de ella, ni contraer matrimonio con alguien que no pertenezca a la comunidad.
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