Adén
Un alto el fuego entró en vigor este martes en Yemen, coincidiendo con la apertura de negociaciones de paz en Suiza bajo la égida de la ONU con vistas a poner fin al conflicto que se prolonga desde hace casi nueve meses.
"El comienzo del cese de las hostilidades" es una "primera etapa crucial" para establecer "una paz duradera en el país", declaró el mediador de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ismail Uld Sheij Ahmed, al confirmar el inicio de la tregua de siete días, eventualmente renovable.
Como estaba previsto, el alto el fuego comenzó a las 12 locales (9:00 GMT) del martes, dijo a la AFP el general de brigada saudí a Ahmed Asiri, portavoz de la coalición árabe.
Dirigida por Arabia Saudí, esta coalición interviene desde marzo de este año en Yemen para ayudar a las fuerzas gubernamentales a retomar el control de la capital, Saná, y las regiones conquistadas por los rebeldes chiitas hutíes apoyados por Irán.
Tregua frágil. Sin embargo, pocos minutos después del inicio de la tregua aún se escuchaban disparos y se registraban incidentes en varios puntos del país.
Obuses de mortero hicieron blanco en posiciones gubernamentales en Taez (suroeste), tercera ciudad del país, después del "inicio de la tregua", dijo un oficial.
Al norte de la ciudad de Dhaleh (sur) se registraban combates, según una fuente militar yemenita.
El mediador de la ONU exhortó a "las diferentes partes" a respetar la tregua, y a "trabajar para un cese total y permanente del conflicto".
Por su parte, el primer ministro de Yemen, Jaled Bahah, exhortó a los rebeldes hutíes a entregar las armas y abandonar los edificios públicos en su poder.
Teniendo en cuenta el fracaso de las treguas precedentes, los expertos se mostraban prudentes sobre las posibilidades de que la actual entre los rebeldes hutíes, sus aliados, y las fuerzas leales al presidente Abd Rabbo Mansour Hadi tenga éxito.
Sin embargo, esta vez el mediador de la ONU, quien logró que los protagonistas negocien en forma directa en Suiza, manifestó su ambición de lograr un "alto el fuego permanente" y "una transición política pacífica y ordenada".
El alto el fuego fue decretado a demanda del presidente Hadi en una carta dirigida a la ONU.
La tregua de siete días se "renovará automáticamente, si la otra parte la respeta", indicó Hadi en la carta a la ONU.
Por su parte, la coalición árabe advirtió de que se "reservaba el derecho de responder en el caso de violación" de la tregua por parte de los hutíes.
Desde marzo, la guerra en Yemen causó al menos 6.000 muertos y 28.000 heridos, entre ellos muchos civiles, y afectó al 80% de la población del país más pobre de la península Arábiga.
En Suiza, el diálogo interyemení se lleva a cabo lejos de las cámaras de televisión en un lugar no revelado.
Las partes deben discutir un plan de aplicación progresiva de la resolución 2216 del Consejo de Seguridad de la ONU, que exige la retirada de los rebeldes y sus aliados de las zonas conquistadas desde el 2014, según una fuente de la ONU.
Pugna por el poder. Los hutíes, originarios de la minoría zaidita, una rama del chiismo, se aliaron a poderosas unidades del ejército yemenita fieles al expresidente Ali Abdaláy Saleh (en el poder de 1990 a 2012, luego de haber dirigido Yemen del Norte de 1978 a 1990) para tomar el control a partir de julio del 2014 de vastas zonas del país.
La ofensiva les permitió conquistar Saná, la capital, y las provincias del noroeste, el oeste y el centro, aún bajo su control.
Las fuerzas antirrebeldes, leales al presidente Hadi, reconquistaron a partir de agosto pasado Adén, segunda ciudad del país, y cinco provincias del sur.
El conflicto se complicó aún más debido a la acción cada vez más intensa de la rama local de Al Qaida y del grupo yihadista Estado Islámico (EI), rivales entre sí, en el suroeste del país.