Bagdad. AP. Un camión bomba estalló en un concurrido mercado de Bagdad el jueves y dejó entre 50 y 67 muertos, en uno de los atentados más mortíferos de los últimos años en la capital iraquí, informó la Policía.
El grupo extremista Estado Islámico reivindicó el atentado, cuyo propósito era matar a los chiitas reunidos en el lugar, y prometió nuevas agresiones.
El camión explotó en el mercado de Yamila, en el bullicioso vecindario bagdadí de Ciudad Sáder, poco después del amanecer, según dos policías. Al menos 152 personas resultaron heridas. El mercado es el principal punto de venta de productos agrícolas y alimentos en la capital.
Vecinos de la zona que acudieron al sitio para ayudar a las víctimas, transportaron cadáveres en bolsas de basura y llevaron a los heridos a los hospitales locales en ambulancias o vehículos privados. La explosión quemó buena parte del mercado, calcinó los puestos de madera y dejó frutas y verduras esparcidas a gran distancia.
“Los jueves, el mercado está especialmente lleno porque la gente viene de otras provincias a comprar comida para el fin de semana”, explicó un oficial.
El vehículo bomba era un camión de refrigeración, lo cual hacía imposible distinguirlo de otros que entregaban productos en ese sitio comercial.
El conductor de un microbús, Hassan Hamid, dijo que conducía no muy lejos del lugar cuando la onda expansiva arrastró su vehículo unos 10 metros.
“Esta es la explosión más fuerte que he visto en mi vida”, manifestó el hombre, de 37 años, desde el hospital donde lo atendían por heridas de metralla. “Vi cómo algunos automóviles saltaban en el aire y el fuego prendió por todas partes”, relató.
En un mensaje publicado en la red social Twitter, la milicia ultrarradical sunita indicó haber realizado el ataque con un camión cargado de explosivos. Añadió que pretendía que los chiitas “experimenten el mismo daño que sus bombardeos causan al pueblo musulmán”.
El Estado Islámico considera a los chiitas y otras minorías religiosas como apóstatas.
El grupo extremista suele atacar puntos de control o barrios de mayoría chiita como Ciudad Sáder para enviar un mensaje al Gobierno de Bagdad, liderado por chiitas. Las zonas comerciales y públicas también están entre sus objetivos favoritos para socavar la confianza de la gente en los esfuerzos de seguridad.

La capital suele sufrir atentados casi a diario, pero las cifras de víctimas rara vez alcanzan un nivel tan alto en un único atentado desde el cénit de la brutal guerra religiosa en el país en los años 2006 y 2007.
El grupo extremista sunita controla en torno a un tercio del territorio iraquí. Cuando lanzaron su gran ofensiva sobre el norte de Irak el año pasado, prometieron seguir avanzando hasta Bagdad, pero una movilización de combatientes chiitas voluntarios evitó ataques significativos contra la capital.
El grupo EI también reivindicó otro atentado el lunes en un mercado de Baquba, la capital de la provincia oriental de Diyala, en el que murieron 34 personas. Más de 115 personas murieron el mes pasado en otro ataque del grupo armado contra un popular mercado en Diyala, uno de los peores atentados que ha sufrido el país en una década.